Terminó el peor año en la historia para el sector de viajes y turismo, con más de 143 millones de personas afectadas laboralmente y con pérdidas superiores a los 4 mil 800 millones de dólares. El 2020 pasará a la historia como un año sin precedente, que afectó no solo la salud pública y cobró vidas humanas, pues también impactó seriamente la economía del mundo con una caída estimada de 4.2 por ciento del PIB global y un deterioro social profundo que no terminamos de dimensionar.

Sin embargo, damos la bienvenida a un nuevo año, en el cual esperamos una recuperación y, por fin, vemos la luz al final del túnel. Es importante redoblar esfuerzos para que la deseada normalidad regrese lo más rápido posible.

La pregunta más frecuente en estos momentos es: ¿qué podemos esperar de 2021 en el sector de viajes y turismo? Definitivamente una recuperación, pero tristemente no será homogénea. Algunos países y destinos ya iniciaron de forma eficaz con la reactivación coordinada de su turismo nacional y regional. Vemos con preocupación otros países que, aunque reaccionaron efectivamente al manejo de la pandemia, no planearon bien la apertura y les está impactando negativamente. Asimismo, muchas naciones siguen cerradas completamente y sin planes claros de inicio o reapertura de fronteras, lo cual afectará a un más a este sector.

Es fundamental aprender de los aciertos y errores del 2020 y de otros años. No debemos minimizar la importancia de una coordinación internacional, que fue el mayor reto del año pasado, marcado por la pandemia.

Una coordinación efectiva y el trabajo estrecho entre naciones, líderes del sector salud y del turístico (público y privado), resulta fundamental para implementar un protocolo internacional, basado en mediciones de riesgo que nos permita viajar de forma segura y recuperar la confianza del turista, sin exportar el virus del COVID-19 y así reactivar de forma segura y con confianza el sector de viajes y turismo.

En 2021 se puede esperar la solicitud de pruebas rápidas de COVID-19 antes de realizar un viaje internacional, cuando éste sea de una nación con alto nivel de contagios a un país con bajo índice. Solo se permitirá que los pasajeros con pruebas negativas aborden los vuelos. El certificado libre de COVID será incluido en una aplicación electrónica que la aerolínea podría leer durante el check in o al momento de abordar.

También veremos nuevos protocolos y cuestionarios de salud, para contestar preguntas relacionadas a los síntomas de la enfermedad. La prioridad será vacunar a los grupos más vulnerables, a todos los héroes del sector salud y a la gente mayor. Mientras esto ocurre los otros grupos demográficos, como las generaciones de millennials, generación Z y X que desean viajar, podrán hacerlo de forma segura y siguiendo los protocolos correctamente, como el uso de la máscara o cubre bocas, así como medidas de higiene efectivamente implementada en aviones, hoteles, aeropuertos y durante toda la experiencia del viaje.

Personalmente, he viajado en los últimos meses en Europa, América y Medio Oriente. He cruzado el Atlántico en 6 ocasiones, sin problema alguno. Por lo que puedo decir de forma categórica que sí se puede viajar de forma segura; sin embargo, lo que al viajero le preocupa, de acuerdo a múltiples encuestas realizadas, es la implementación de medidas aisladas y sin coordinación entre países, lo cual puede impactar la movilidad y posibles cambios durante su viaje. En pocas palabras, preocupa la incertidumbre y la falta de homologación de protocolos.

Es fundamental para recuperar los millones de vidas afectadas en nuestro sector, que se tenga esta coordinación internacional, que los países compartan experiencias, que se pongan de acuerdo y que brinden certidumbre y un camino claro para la recuperación.

Es crucial que no cometamos los mismos errores del 2020 para que se recupere la libertad y movilidad de forma segura, responsable y con certeza. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerrar las fronteras de forma unilateral tiene un mayor impacto negativo, y la famosa reciprocidad que algunas naciones han implementado ha perjudicado más.

Al mismo tiempo, todos debemos trabajar de manera coordinada y respetar los protocolos para contener el virus mientras se redoblan esfuerzos en la vacunación. La segunda ola que vemos de contagios no es provocada por los viajes, son por contagios en la comunidad, porque la gente no respeta las recomendaciones y se confía, empezando desde su casa, su comunidad y su ciudad, al no seguir los protocolos o minimizar el impacto.

La vacunación no será, ni debe ser, una condición para viajar, porque la prioridad son los grupos vulnerables, pero mientras estos se vacunan de forma efectiva, masiva y rápida, el resto podemos y debemos seguir respetando los protocolos. Al viajar, podremos contribuir a recuperar millones de empleos y beneficiar a familias que han sido afectadas.

Solo hay que recordar que los viajes y el turismo contribuyen en la generación de uno de cada diez empleos en el mundo; con el 10.3 del PIB mundial y no existe nación en el planeta que, directa o indirectamente, no se haya beneficiado de su contribución.

Definitivamente, el 2021 nos brinda esperanza y optimismo, pero es fundamental que redoblemos esfuerzos. Todos queremos una recuperación más rapida de la economía y de la salud pública, pero para que esto ocurra, dependemos del trabajo en equipo y de la responsabilidad de todos.

Presidenta y CEO del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). 

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