El pasado 12 de diciembre comenzaron las celebraciones de una de las relaciones más dinámicas, intensas y vitales que hay hoy en el mundo: México y los Estados Unidos cumplen 200 años de vínculos diplomáticos.

Nuestra historia común no ha estado exenta de desencuentros y conflictos, pero hoy, con una frontera compartida de más de 3 mil kilómetros y un acuerdo comercial de vanguardia, ambas naciones conforman una de las regiones más prósperas y ricas del planeta.

Al menos 200 eventos habrán de realizarse para conmemorar tan importante evento. Exposiciones fotográficas y artísticas, foros, conferencias, mesas redondas, presentaciones de libros y muchos otros actos se llevarán a cabo en ambas naciones soberanas y tendrán como sedes, entre otras, al Senado de la República.

El pasado 8 de febrero, el Senado aprobó la emisión de una moneda conmemorativa que celebra una relación vital para ambas naciones. México y los Estados Unidos de América, estamos unidos por siempre, en una alianza regional, que a raíz del bicentenario ha comprometido a ambas naciones a cooperar en materia de seguridad basada en la confianza mutua, fortalecer los lazos para proteger el medio ambiente, trabajar en beneficio de nuestras sociedades, liderar el progreso regional y consolidar una región más resiliente, competitiva, diversa y segura.

La moneda aprobada por el Senado tuvo como base la iniciativa que presenté el 6 de septiembre de 2022. El proceso legislativo terminaría con la ansiada aprobación en la Cámara de Diputados en los próximos días. La posibilidad de conmemorar el 200 aniversario con una moneda ha tenido gran impacto entre los principales actores políticos de ambas naciones, ya que simboliza la amistad, la colaboración y la hermandad entre dos grandes naciones soberanas.

La Décima Cumbre de Líderes de América del Norte concluyó con la visión de una región consolidada como la más grande potencia mundial, democrática, libre y pacífica. Se concretaron importantes acuerdos en materia de inversión, competitividad e innovación; cambio climático y transición energética; política migratoria y combate a la trata y tráfico de personas; amenazas de drogas ilegales; y combate a la violencia y la discriminación.

De manera inmediata México y los Estados Unidos deberán establecer una serie de mecanismos e instrumentos institucionales y jurídicos para diseñar las políticas y llevar a cabo las acciones que nos permitan enfrentar, de forma conjunta y organizada la agenda de la Cumbre en lo que compete a ambos países.

Hoy día prevalecen algunas visiones encontradas sobre la importancia de la relación con nuestro vecino del norte. Hay quienes todavía defienden visiones cerradas y se basan en hechos del pasado para estigmatizar a quienes viven en la Unión Americana. Estas visiones, que adolecen de una lamentable miopía, dejan de lado el hecho fundamental de que México también vive en los Estados Unidos. Al menos cerca de 40 millones de mexicanas y mexicanos extienden los lazos de nuestra nación más allá de nuestras propias fronteras. Ellas y ellos aportan talento y capacidades y son parte de una relación dinámica y de una hermandad histórica.

Quienes defienden el aislamiento de nuestro país, dejan de lado el hecho de que la geografía nos ha hermanado por siempre y de que la historia de México está también moldeada por la de nuestro vecino. La moneda, que esperemos sea aprobada por la Cámara de Diputados y acuñada a la brevedad, es el emblema de este destino común, de este futuro compartido en el que México y los Estados Unidos van juntos hacia un horizonte de democracia y libertades que ningún gobierno ni ninguna persona podrá ya anular.

Senadora por Baja California.

Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte.

@GinaCruzBC 

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