Gina Cruz Blackledge

Las buenas y las malas noticias de la Cumbre de Líderes de América del Norte

20/01/2023 |05:00
Redacción El Universal
Periodista de EL UNIVERSALVer perfil

La Décima edición de la Cumbre de Líderes de América del Norte concluyó con un acto que dejó un mal sabor de boca en los asistentes: después de discursos que plasmaron la visión de Estados Unidos y Canadá para la región, el presidente López Obrador se dedicó a promover sus programas e ideas personales. La rueda de prensa final se convirtió en una mañanera más, ante la perplejidad de nuestros huéspedes.

A pesar de las historias y anécdotas, los tres países concretaron importantes acuerdos en materia de inversión, competitividad, innovación, energías limpias y cambio climático, migración irregular, combate al tráfico de armas y drogas y a la trata de personas, crisis sanitaria y sociedades diversas, inclusivas, equitativas y democráticas.

La visión futura para América del Norte es la de una potencia económica mundial, verde, segura, competitiva y vanguardista. Así, se planteó la necesidad de atraer cadenas de suministro de semiconductores, aumentar la movilidad estudiantil y desarrollar una fuerza laboral de vanguardia.

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Los países reconocieron la urgencia de adoptar medidas ambiciosas para construir economías basadas en energías limpias y reducir emisiones de metano, además de desarrollar un Plan de Acción para la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

Ante la crisis migratoria, se acordaron acciones para asesorar legalmente a las personas que migran, aumentar el intercambio de información y mejores prácticas sobre trabajadores temporales, aumentar la rapidez, la eficiencia y la equidad de los sistemas de procesamiento de asilo, y contrarrestar la xenofobia y la discriminación.

En materia de seguridad, se adoptaron compromisos para combatir a los grupos criminales, intercambiar información sobre químicos utilizados en la fabricación de fentanilo y otras drogas sintéticas, así como promover la seguridad nuclear, tecnológica, física y cibernética. Además, se acordó combatir la violencia contra mujeres, indígenas y la comunidad LGBTQI+.

Los tres líderes se comprometieron a compartir información y a desarrollar políticas públicas para protegernos contra las crisis de salud actuales y futuras, y promover la equidad y la justicia racial en nuestras políticas públicas. Todas estas son buenas noticias para la región y para México.

No obstante, nuestra política exterior sigue dos vías divergentes: por un lado, están acciones como el reciente acuerdo para la protección de menores y derechos laborales de migrantes, que incluye medidas de movilidad laboral para que en 2023 viajen a Estados Unidos 400 mil mexicanos; pero por otro lado, están las ideas y ocurrencias presidenciales que dañan nuestras relaciones con Canadá y Estados Unidos, como la imposición de un arancel del 50% al maíz blanco, que puede generar problemas en el abasto interno, en los precios y en nuestras relaciones comerciales. México está destinado a ser parte de la región más próspera y pacífica del planeta y lo hará, tarde o temprano, con, sin o a pesar del presidente López Obrador.

Senadora por Baja California.
Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte.
@GinaCruzBC