Se terminaron los cuartos de final, y desde los partidos de ida en cada una de las series, hubo actuaciones arbitrales que dejaron mucho qué desear y que volvieron a desnudar las carencias de algunos y la soberbia de otros al no querer ir a revisar al videoarbitraje para evitar cometer un error.
Otra vez quedan muchas dudas de la capacidad arbitral cuando vez actuaciones como las de Jorge Isaac Rojas (en el Monterrey vs Atlas) y Erick Yair Miranda (en el Puebla vs León), ya que hicieron unos partidos de vergüenza, en los que no son respetados, y en los que de nueva cuenta se comportaron como facilitadores, sin mostrar personalidad para imponer su autoridad.
Lo mismo en el encuentro de vuelta de los Zorros ante los Rayados , en el que a César Ramos se le arma la bronca, igual en el Tigres vs Santos , con Luis Enrique Santander, porque no tienen esa jerarquía, no entienden que son la máxima autoridad y deben imponerse para que se cumpla el reglamento y evitar ese tipo de situaciones que de por sí manchan su ya cuestionada labor.
Luego está lo de los penaltis señalados en favor de América (Marco Antonio Ortíz) y Atlas (el mismo Ramos), quienes no quisieron ir a revisarlo. ¿Entonces para qué quieren el VAR? , ¿o será que solamente lo utilizan para su conveniencia? Es difícil entender cómo es que se marcaron esos dos penaltis muy a la ligera cuando han habido otros más claros. Lo peor es que no checaron cuando les dijeron desde arriba que tenían que hacerlo y prefirieron equivocarse.
Para destacar, el hecho de que pocas veces repite un árbitro en una fase de Liguilla (Jorge Antonio Pérez en el Pumas vs América y en el León vs Puebla), y eso solamente quiere decir falta de trabajo con otros silbantes del área técnica de la Comisión de Árbitros , incapaz de sacar a más gente en la que puedan confiar.
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