Fue una jornada con más pena que gloria. Hubo partidos en los que los errores arbitrales fueron grandes.
En el Querétaro vs Monterrey , hubo penalti claro, en el que Roberto García está cerca de la jugada, la sanciona correctamente y algún inepto del VAR le pide que la vaya a revisar, cuando, insisto, él estaba muy cerca. Llama la atención que un hombre con su experiencia se deje guiar, porque lo que debió hacer fue decirle que estaba ahí y no ir a revisarla.
En el Cruz Azul vs América, Marco Antonio Ortiz se equivoca en una jugada que era una clara tarjeta roja que habría dejado a las Águilas con un jugador menos. Ahí es cuando te das cuenta de que, efectivamente, la gente del VAR está comiendo tortas.
Dejaron morir solo a Ortiz, aunque es cierto también que son jugadas muy evidentes. No entiendo a qué van los árbitros a Toluca, cuando dicen que es a entrenar, porque pareciera que no aprenden. Cada semana se ven los mismos errores o hasta se hacen más grandes. No se ve mejoría, ni que alguien les esté dando instrucciones diferentes, positivas y reales.
Lo mismo pasó con Jorge Isaac Rojas en el Guadalajara vs Pumas. Dejan que las cosas sucedan, marcan por marcar, dejan de hacerlo, y se han vuelto muy comodinos. Ya no les importa.