Les pegó el coronavirus a todos estos árbitros, quienes están con bajas defensas, les afectó en el cerebro, porque nada más no dan una.
En el Morelia vs Querétaro , Adonai Escobedo tuvo un arbitraje de lástima, de pena. Durante la semana, hizo un desastre en Canadá dentro de la Concachampions y ahora fue lo mismo.
Es muy claro que muchos árbitros están en la cómoda, valiéndoles gorro lo que sancionen dentro de la cancha, porque arriba les corrigen la plana o los hacen dudar y cambian detalles.
En el Tigres vs FC Juárez , Fernando Hernández expulsó a André-Pierre Gignac, pero el VAR tuvo que componerle la página.
En el León vs Pumas, César Ramos demostró ser dependiente del VAR. Se decía que se utilizaría dos o tres veces por jornada, pero son tres o cuatro ocasiones por partido y parece que a nadie le interesa. Siguen pensando que es el mejor VAR del mundo, cuando la realidad es que da pena cada jornada.
En el Guadalajara vs Monterrey ponen a Diego Montaño, quien es nativo de Jalisco, pese a que la FIFA siempre ha pedido que sean árbitros neutrales, y le quitó un gol legítimo a los Rayados.
Vendrán las disculpas y dirán que estuvo bien, pero se equivocó.
Los árbitros están trabajando a la ligera.