Uno parece muy repetitivo, pero la realidad es que no hay mucho que cambie en el tema arbitral . ¿Qué se puede esperar de un grupo de personas que no están bien instruidas y eso queda claro cada semana? La realidad es que hubo actuaciones que no fueron buenas, más allá de que el videoarbitraje los rescata, pero eso no puede suceder de entrada.

En el

, Jorge Antonio Pérez Durán tuvo una actuación lamentable, y vuelve a demostrar que ya no es un silbante que tenga el nivel para estar en la Primera División . Primero, señaló un inexistente penalti en favor de los regiomontanos.

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La jugada era muy clara y qué bueno que desde el VAR le compusieron la plana, pero vuelve a resultar incomprensible que él no la haya visto de primera instancia. Y no terminó con eso. Muy cerca del final, el jugador Luis Quiñones agredió directamente a un adversario al aventarle el balón hacia la cabeza, cuando el futbolista estaba de espalda, indefenso.

La gran solución de Pérez Durán : una tarjeta amarilla, cuando es una agresión directa, por más que el de los Tigres haya dicho que se trató de un accidente. Obviamente, no. Minutos después, Quiñones hizo la anotación del empate para los Tigres , por lo que esa jugada tuvo una clara influencia en el desarrollo de un partido muy apretado.

 
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