Por fin, en cuanto al tema arbitral, esta jornada no estuvo tan mal.
Hubo muchos partidos con goleada, en los que un equipo fue muy superior al otro, lo que permitió que el trabajo de los árbitros no fuera tan complicado como en otras ocasiones.
En el Necaxa-Guadalajara estuvo Óscar Mejía , a quien ya tenía tiempo que no le daban un partido, y lo hizo de forma interesante. La goleada de las Chivas le facilitó las cosas, porque no hubo acciones complicadas, aunque el VAR siempre será el protagonista en los partidos de la Liga MX.
En el Querétaro-Tijuana, el joven Guillermo Pacheco fue el encargado de dirigirlo, y reitero que me encanta ver a estos chavos de árbitros centrales, en lugar de gente como Erick Yair Miranda y otros más, que no te van a dar algo mejor de lo que han mostrado en su carrera. Eso es lo que verdaderamente tiene que hacer la Comisión de Árbitros.
César Ramos estuvo en el Atlas-Puebla y comprobó que va en caída libre. Algo está pasando con él y hay que tomar cartas en el asunto, porque —con esa forma de estar trabajando— no va a llegar a nada.
Será el representante de México en el Mundial de Qatar , pero en este partido hubo jugadas claras de expulsión, pero fue a ver el videoarbitraje y regresó para mantenerse en la posición de que solamente ameritaban tarjeta amarilla.
En el Monterrey-Tigres, a Fernando Guerrero tuvo que ayudarle el VAR para que las cosas no se complicaran.
En el FC Juárez-Mazatlán FC estuvo el chico Daniel Quintero Huitrón , quien muestra muchas cosas buenas, como la conducción del partido. Hay que recordar que él fue jugador en la Primera División y la Comisión de Árbitros le está dando un seguimiento interesante. Ojalá que se mantenga así.
A Luis Enrique Santander le tocó la goleada histórica de 7-0 del América sobre el Cruz Azul, partido en el que no hubo mayores complicaciones, por la diferencia marcada entre un equipo y otro.
Lo mismo le pasó a Marco Antonio Ortiz en el Pumas-Santos, aunque acá sí hubo un par de intervenciones del videoarbitraje en los goles invalidados a los laguneros, para corregir los errores que había cometido este cuerpo arbitral, con lo que se comprueba el protagonismo otorgado a esta herramienta.
En el Atlético de San Luis-Toluca, Diego Montaño tampoco tuvo mayores problemas.
En general, no hubo partidos en los que las decisiones arbitrales influyeran en el marcador, lo cual es bueno.
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