¿Quién será el candidato a juez penal en Chilpancingo?, ¿quién va a ser el juzgador que imponga una pena al autor de la muerte del alcalde de Chilpancingo?, ¿quién va a ser el valiente que mande a prisión a los autores intelectuales, si los hubiere, de mandar decapitar a una persona?, ¿con que discurso hará campaña electoral ese juez en Chilpancingo?, ¿en la colonia Petaquillas donde mataron al alcalde, organizará un mitin y prometerá justicia?, ¿quién será el juez de amparo, que sostenga la sentencia privativa de libertad contra el asesino? La sentencia deberá ser popular.

Justo en el lugar donde José María Morelos, publicó en 1813 los Sentimientos de la Nación, y estableció que los poderes legislativos, ejecutivo y judicial estén “divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos”. Justo allí será necesario un juez di-vi-di-do de los otros poderes, para impartir una sentencia justa que restablezca la paz. ¿Lo logrará un juez electo por el pueblo, cuya candidatura dependerá de una tómbola manipulada por el poder legislativo? Y que encima tiene un Tribunal de Disciplina Judicial, para dictar un fallo conforme lo requiera y reclame la alta burocracia judicial.

Vamos a imaginar por un momento (ingenuamente) que no presionarán a ese juez de Chilpancingo alguno de los nuevos “ministros del bienestar”, ni los integrantes de ese tribunal de la inquisición judicial, ni la gobernadora de Guerrero. La pregunta (nada ingenua) ¿no lo presionarán los delincuentes?, o mejor dicho, ¿no lo amenazarán? El día de hoy, se puede cambiar a un “juez federal” que es intimidado a otro estado de la República para salvaguardarlo de una amenaza. En el nuevo Sistema de justicia, los jueces se elegirán en cada circuito, es decir, prácticamente, en cada entidad de la federación, sin poder moverlos del lugar donde fueron electos. Es decir, el juez que resulte electo en Chilpancingo jamás podrá modificar su adscripción a Yucatán, por ejemplo, para alejarlo del peligro de los homicidas del alcalde de la capital de Guerrero. Lo estarán condenando a la vecindad con los malhechores. En eso no pensaron, quienes sólo buscaron la lisonja al presidente y presidenta morenistas.

¿Todos los jueces tendrán escoltas?, ¿por qué los jueces sin rostro, cómo van a ser electos?, ¿cómo van a ser electos los jueces especializados en concursos mercantiles, los que deciden en una quiebra a quién corresponde el patrimonio de esa empresa?, ¿dónde se elegirán jueces expertos en telecomunicaciones?, ¿por qué esos ciudadanos que voten por esas personas juzgadoras tendrán ese derecho y otros ciudadanos no?

El juez que gane en Chilpancingo se sacará la rifa del tigre, deberá tener un ocho de calificación general y nueve en derecho penal en la universidad, además tendrá que escribir texto de tres hojas donde justifique los motivos (creíbles) de por qué razones quiere ser juez precisamente en Chilpancingo, y además cinco cartas de referencia de sus vecinos que lo recomienden. ¿Y si acaso, a ese juez de Chilpancingo, lo recomienda uno de los sospechosos o delincuentes, su sentencia tiene la misma validez? ¿recomendar a un juez actualiza un conflicto de interés u otorga impunidad? ¡Suerte al valiente juez de Chilpancingo donde alguna vez Morelos soñó con la independencia judicial!

Apunte final: La última chamba del diputado Gerardo Pisarello, amigo de Morena, que la Presidenta mencionó en su discurso inicial, fue ayudar a liberar a más de 40 terroristas presos. ¿Seguimos jugando con la relación de España?

Diputado

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