Han pasado 19 días del último partido oficial, aquella infame demostración ante Monterrey en el Azteca , cuando terminaron sin goles. Mucho tiempo de espera, un cierre de temporada poco brillante; incluso, fracasando en la final de la Liga de Campeones de Concacaf .

Eso no debe importar para el equipo dirigido por Santiago Solari . Al final, le sacó 14 puntos a los Pumas ; una barbaridad, pero —en el futbol mexicano— tienen las mismas oportunidades de ser campeones equipos que finalizaron en el lugar 11 de 18, como fue el caso del dirigido por Andrés Lillini .

Sin pretextos, sin demagogia, América debe vencer a Pumas para no acumular un tercer fracaso consecutivo: La Liguilla pasada contra Pachuca , la final de Concacahampions frente a Monterrey y ahora los cuartos de final ante el conjunto universitario. Habrán sorprendido, cerrando la temporada goleando a Cruz Azul y en repechaje ganándole a Toluca , aunque eso no dice mucho.

Los primeros, se unieron la lista de fracasos en el torneo, y los segundos, con una racha de nueve partidos sin ganar. Por eso, América es el gran favorito, pero no solamente eso, si Solari quiere trascender en México es una eliminatoria imperdible, cualquier otro resultado es una mancha negra que podría sacudir al equipo, desde la directiva hasta el utilero. La cúpula, que tan poco pesa, que tan poco poder y personalidad tiene entre las selecciones nacionales, porque —pese a mandar una “cartita”— no hizo nada más para evitar que Pedro Aquino no jugara con Perú en la eliminatoria.

Los tiempos de directivos con personalidad han acabado en el América y ahora son el hazmerreír de varios, desde quienes les venden carísimos jugadores que no lo valen, hasta no hacerles caso en sus reportes médicos. Claro que hay responsables, claro que los hay. Está prohibido perder contra Pumas, porque de nada servirá terminar el torneo con tanta diferencia numérica, liderando desde la Jornada 3, si caen contra el 11 de la tabla.

En el América sí hay metas, sí hay exigencias, porque —a diferencia de los fracasados Cruz Azul y Chivas — seguramente al dueño no le caería nada bien que su flamente dirección de futbol vuelva a perder en cuartos de final y menos contra un equipo que estuvo deprimido durante todo el torneo, que representa un clásico y que está en Liguilla por la falta de competitividad y fomento a la mediocridad del torneo mexicano. Claro, se vale, porque así lo pactaron los dueños, esos mismos que —si vieran más adelante del 6 de diciembre— deberían acabar con esta farsa llamada repechaje.

@gvlo2008 - gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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