Nunca, una asociación —dependiente de la Federación Mexicana de Futbol— tendrá fuerza y verdadera representatividad ante la FIFA , mientras siga establecida como eso: como asociación.
Un sindicato de futbolistas es lo que realmente tendría peso y representatividad. Figura jurídica que tanto temor representa para los directivos del futbol mexicano , pero que sí tiene sentido tenerla.
Un sindicato no es para amenazar constantemente con huelgas, es para exigir derechos y también establecer las obligaciones de los jugadores, algo que tiene mucha fuerza en países con un futbol desarrollado y en los que han aprendido a negociar entre las partes de manera ordenada y clara.
Por eso, la carta enviada por Álvaro Ortiz —titular de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales — a la FIFA, es un absurdo, sin validez y sin recurso jurídico que la respalde. Él tomó el cargo en 2017 y los mismos reclamos que hoy hace, existían entonces.
No puede entenderse que ahora estén ofendidos por el no ascenso y descenso, cuando en realidad no hay descenso de división desde ese mismo año (2017), cuando Jaguares de Chiapas perdió la categoría.
De ahí para acá, han pagado la multa los peores equipos del cociente y no dijo absolutamente nada Álvaro Ortiz. Otro punto que es poco creíble de este reclamo es lo sucedido en 2018, cuando el equipo de Cafetaleros de Tapachula consiguió el ascenso en la cancha, derrotando a Alebrijes de Oaxaca y —por razones de no certificación— no lo dejaron subir a la Primera División.
Ahí tampoco dijo nada y no mandó alguna carta a la FIFA. Fueron solamente los jugadores quienes hicieron un movimiento, enseñado pintas en sus camisetas.
Cuando Chivas no pagaba los premios a los futbolistas, después del campeonato de Liga en el Clausura 2017 y se manifestaron públicamente con entrenamientos sin las camisetas oficiales, ya en pleno 2018, tampoco metió alguna misiva ante la FIFA.
Igualmente, cuando veía cómo se destrozaba el Veracruz y sus adeudos, no quiso o no servía el correo electrónico para mandar información a FIFA. A mediados de 2019, los directivos decidieron borrar de un plumazo a Lobos BUAP y —arbitrariamente— le cedieron su lugar a los Bravos de Juárez.
Varios futbolistas mexicanos y extranjeros que pertenecían a los poblanos se quedaron sin trabajo de la noche a la mañana. No, esa vez tampoco Álvaro Ortiz envió carta o correo electrónico a la FIFA para denunciar lo que ocurría.
Es decir, para negociar, para tener condiciones jurídicas estables y ser reconocidos, deben ser autónomos; mientras eso no suceda, todo son medidas chantajistas y sin sentido.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx