Si el futbol no da el espectáculo, que lo hagan los youtuberos, los reyes de la venta inmisericorde de humo y, sobre todo, de mentiras. Casos como el dizque fichaje de Kylian Mbappé mostraron al mundo que el deporte es lo de menos, que a la gente le gusta más la especulación, el rumor, la polémica.
España, reyes de la televisión digital sin sentido, hicieron transmisiones y shows llenos de mentiras, programas de televisión eternos, donde no pasaba nada más que la propia especulación de un actor disfrazado de periodista, simplememte para ganar audiencia, esa que a cualquier precio se busca en la actualidad, aunque el prestigio esté de por medio. Programas sin rigor, sin nada, aventando información como si fueran costales de patatas.
Mbappé y el mundo árabe evidenciaron a la “nueva prensa” española, la más espeluznante de la historia en ese muy querido país. El Real Madrid como moneda de cambio de audiencias y, claro, qué pensar cuando su presidente acudió al “plató”, como ellos le llaman, para hablar sobre su mundo de fantasía de la Superliga, como la solución a los problemas económicos de la actualidad. En ese mismo escenario, Florentino Pérez dijo: “La Superliga es una competición para salvar al futbol. Es una Liga hecha por solidaridad. No es para ricos. Vamos a explicar lo que es esta competición. Esta es la única manera de salvar a los modestos, a los medianos y a los grandes”. Ayer, antes de la medianoche europea, ofrecía —según versiones de medios serios españoles, no los de camarazos y amarillismo— más de 200 millones de euros por un futbolista, una incongruencia para salvar a los modestos, a los ricos y a los millonarios. Era una verdadera barbaridad y un sinsentido.
Hicieron del cierre del mercado de fichajes un reality show, donde solamente a cuentagotas se supieron verdades, porque la mayoría eran mentiras disfrazadas de una credibilidad inexistente de programas de medianoche española. Real Madrid no merece este tipo de trato en los medios; si bien, ya tiene acomodada a buena parte de la prensa de ese país, ahora que se convierta en el bufón internacional... Es penoso para una administración como la que pretendería tener Florentino Pérez.
El PSG tiene derecho de no aceptar ofertas por su estrella, así como tiene el riesgo de que se le vaya del equipo sin ganar un solo céntimo por él. No les importa, al final son fichajes de Estado, porque en Qatar no les importa maldita la cosa si siguen perdiendo dinero, ya que en ese país se compra todo: jugadores, Mundiales de futbol, silencio de las mujeres sometidas, de trabajadores explotados, así que lo de Mbappé es solamente un capricho de una de las cabezas de una familia que maneja el futbol, el petróleo, las líneas aéreas, el Gobierno.
Y mientras, en España, siguen haciendo el ridículo los jilgueros del Madrid.
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