Más allá de la entendible facturación que deja el repechaje a los involucrados, equipos y televisoras, este experimento ha llevado al extremo conformismo de los clubes, porque saben perfectamente que habrá oportunidad para todos. Finalmente, serán 12 de 18 los que jueguen por el título del
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Y, además del conformismo, algunos equipos disfrazan su pésima temporada con el simple hecho de ingresar a ese grupo. Hoy, de los 18 conjuntos, solamente está eliminado Necaxa , a falta de dos jornadas. Hay una franja de equipos en la tabla que tienen una mínima diferencia entre ellos, lo que hace que puedan meterse a pelear por el título, pese a sus carencias futbolísticas.
Equipos con ocho derrotas en el campeonato pueden ser campeones; incluso con nueve, porque aún podría meterse San Luis . Claro, con una serie de resultados que se visualizan imposibles de suceder, pero de que puede matemáticamente llegar a la fase final, puede hacerlo todavía.
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Disfrazar el pésimo torneo con un premio como el repechaje es malo para algunos equipos, obligados siempre a destacar en el campeonato. Pumas está al límite, en el lugar 12, y vienen de ser subcampeones. Es decir, entran al repechaje e iniciarán los directivos a declarar que han cumplido con el objetivo, que era clasificar. Mediocridad que salva chambas, puestos tan bien remunerados, que nadie se atreve a renunciar, pese a no estar funcionando. ¿Para qué? No vale la pena desperdiciar esos altos finiquitos.
Chivas
sería el mismo caso de Pumas . Un equipo que en todo el torneo solamente lleva tres victorias, con siete empates y cuatro derrotas, está a un punto de ser parte del repechaje. Claro que entrando no salvaría el torneo, pero sí disfrazaría la pésima planeación, sus miserias futbolísticas y un proyecto totalmente desordenado. Insisto, llegar a la pelea por el título haría que solamente se ilusione una afición golpeada por los pésimos resultados.
Hay casos como América y Cruz Azul , que han robado el torneo, pero cuando se enfrentan en temporada regular simplemente decepcionan, con alta dosis de conformismo y con más miedo a perder que a buscar —en ambos casos— romper rachas históricas.
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La Liguilla tiene razón de existir, pero el repechaje está de más. Es un oasis para los mediocres y conformistas, directivos y futbolistas que ya saben medir los tiempos, como en el caso del Léon . No importó el flojo inició, cuatro victorias seguidas y otra vez dentro, con altas posibilidades de ser bicampeones.
Hoy, el repechaje se jugaría así: Santos vs Pumas , Atlas vs Mazatlán FC , León vs Querétaro y Toluca vs Tigres . ¿De verdad, tienen merecimientos estos equipos para ser parte de la elite que buscará el campeonato? No, están muy lejos de la competitividad que requiere una Liga profesional.
Tener un torneo de clasificación tan largo y tedioso, para que solamente sirva para clasificar, debería ser analizado a fondo y establecer cambios en el formato de competencia, novedades para fomentar el nivel, porque a este repechaje puede ir cualquiera, aún sin hacer una buena temporada.
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