El All Star Game es la continuación de la creación de enemistad entre dos Ligas que pronto se juntarán. Seguir construyendo rivalidad entre estadounidenses y mexicanos, el rico contra el pobre, el poderoso contra el aspiracionista, porque aunque nunca un equipo de MLS ha ganado la Concachampions, la selección de Estados Unidos ha logrado mejor papel en la historia de los Mundiales que la mexicana.
Sigue siendo muy doloroso para el futbol nacional recordar el enfrentamiento directo en el Mundial de 2002 , en octavos de final, cuando Javier Aguirre echó todo a perder y la selección estadounidense —bajo el mando de Bruce Arena— los humilló con los goles de Brian McBride y Landon Donovan. Y ni hablar del tercer lugar que obtuvo Estados Unidos en la Copa del Mundo de 1930, porque aunque la “generación de cristal” o millennials no sepan o no crean de su existencia, sí existió.
Unir a la MLS y a la Liga MX es una muy buena idea. El futbol necesita renovarse. En nuestro país, cada vez está más lejano el espectáculo de las canchas profesionales, parecen conformarse con lo que tienen y no hacen nada para renovarse. Se quejan de la crisis económica y en Estados Unidos está el dinero, de donde pueden generar para volver a traer a la Liga MX refuerzos dignos , no futbolistas de bajo cartel, como ha sido la característica en los últimos torneos.
Si no, dejarán hacer partidos oficiales de Liga MX en Estados Unidos , algo que les daría ingresos millonarios a los clubes; entonces, unir fuerzas no es descabellado. Tener el doble mercado, ese que tan bien ha explotado la Selección Mexicana de futbol. Equipos de Los Ángeles contra los de la Ciudad de México, los de Texas contra los de Monterrey , los de Guadalajara contra quien sea, renovará las ilusiones de los aficionados mexicanos al futbol. Ganarle al rival más odiado siempre vestirá y esto se empezará a hacer frecuente con tan innovador proyecto.
Veintisiete años de la MLS han sido suficientes para convertirse en un modelo de alta envidia para la Liga MX, que —si bien— tiene mejor nivel competitivo, en Estados Unidos ya no se quedan atrás y se observan partidos con mejor futbol, siempre con tribunas llenas, con un gran mercado, estadios con grandes experiencias para los aficionados. Es decir, hoy la Liga MX debe aprender de la MLS ; no es al revés, como muchos piensan por esa alta arrogancia que caracteriza al futbol mexicano.
Mercados locales, nacionales, expansión con reglas claras, inversionistas serios, nunca con escándalos, con arbitrajes que van mejorando y con futbolistas mexicoestadounidenses , canadiense-estadounidenses, colombiano-estadounidenses, croata-estadounidenses —por mencionar algunas dobles nacionalidades frecuentes—, que son peleados por sus diferentes países, porque —como los casos de Efraín Álvarez, Ricardo Pepi y muchos más— tener doble opción para elegir, lo hace sumamente atractivo.