Enrique Cerezo,
presidente del Atlético de Madrid , es un hombre de mano dura. Lo ha demostrado a través de su gestión, levantando a un equipo que estaba hundido en problemas económicos y deportivos a convertirlo en el lugar 13 del planeta, según el informe 2019 de Deloitte , llamado Football Money League . Sólo por detrás del Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Bayern Munich, Manchester City, PSG, Liverpool, Chelsea, Arsenal, Tottenham y Dortmund , con un valor de 304.4 millones de euros.
Por eso, cuando recibió la noticia de la falta de capacidad para manejar un estadio, por parte de su presidente del Atlético de San Luis, Alberto Marrero, no le ha de haber hecho ninguna gracia.
Porque lo del domingo contra el Querétaro fue inaceptable, una vergüenza para un club que está financiado en gran parte por un poderoso del mundo.
Es decir, si se demuestra el ridículo que hicieron por no saber aplicar el Manual de Estadio Seguro , el Atlético de San Luis tendrá graves problemas con la gerencia en España , porque no son de los que soporten escándalos. Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo tendrán que observar detalladamente si fue una buena idea invertir en México.
Los protocolos de seguridad fueron una invitación a la masacre. Hay testimonios de miembros del grupo de seguridad contratado por Marrero, que al no controlar a la barra de Gallos Blancos , invitaron a su propia barra a tratar de detenerlos, lo que ocasionó esta violencia incontrolable.
Pero no sólo es el castigo que impondrá la Comisión Disciplinaria, es cómo debe ejercer —de ahora en adelante— la Liga sus protocolos de seguridad en los estadios. Cada vez que hay un drama como el del domingo en San Luis, surgen las mismas ideas, pero nadie hace maldita la cosa para evitar la violencia. El Gobierno debería advertir que, sin garantías, no podrá abrirse un estadio, lo que obligaría a invertir a los dueños en algo fundamental para su gente: seguridad.
Dejar de financiar a las barras sería una medida urgente, como también establecer un sistema de venta de boletaje con información del comprador, ya sea digital o en taquilla. Sin identificación y sin registro, debería ser imposible comprar un boleto. ¿Alguien sabe quién está sentado en las tribunas?
En países donde la violencia era incontrolable, lograron el orden con esa medida.
En Turquía no se puede comprar un boleto si no sabe la Liga , y por ende la policía, quién lo adquirió. Más inversión, más medidas. Detectores de metal en las puertas de los estadios. Hemos visto cómo hacen revisiones profundas a señoras con bebés, les quitan los biberones, pero justo atrás de ellas ingresan barristas con navajas entre el calcetín y el zapato. Es decir, no hay congruencia y sí una alarmante corrupción.
Detectores de huellas digitales deberían ser urgentes.
Al tener registro de alguien que ya cometió una barbarie en el estadio, es la única forma de detectarlo y no volver a dejarlo entrar.
Y esas son algunas ideas. Claro, se necesita dinero, pero también orden desde la cabeza de la Liga.
@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx
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