Cruz Azul

cumplió 20 años de no levantar un título de Liga, en 2017, instante en el que realizamos una recapitulación de las contrataciones foráneas post campeonato que iban desde Rubén Capria hasta Achille Emaná.

A esta larga lista habrá que sumarle los futbolistas que han llegado en los últimos dos años, número inverosímil e inversión exuberante. Son más de 100 jugadores extranjeros contratados por Cruz Azul desde que ganaron en 1997 el título en León.

Ahora, a esta lista de fracasos en el campo habría que sumarle a los directores deportivos. La época post título ha tenido a Guillermo Wendy Mendizábal, Benito Pardo, Eduardo Vilches, Eduardo de la Torre, Alberto Quintano, Agustín Manzo, otra vez el Yayo de la Torre y Ricardo Peláez. Hoy, la posición está acéfala. Aseguran que no es tiempo de poner a alguien ahí. Es decir, de estos más de 100 jugadores extranjeros y más de 30 mexicanos provenientes de otros equipos, son responsables de su contratación los anteriores ejecutivos. Todos han fracasado.

El último que les dio un título fue el entrenador Luis Fernando Tena. De lo sucedido en el entonces llamado estadio Nou Camp y el penalti de Carlos Hermosillo a la fecha, la lista de entrenadores post título es: José Luis Trejo, Mario Carrillo, Enrique Meza —en dos ocasiones— el regreso de Luis Fernando Tena, con dos flamantes etapas, José Luis Saldívar, Rubén Omar Romano en dos periodos, igualmente Isaac Mizrahi, Sergio Markarián, Benjamín Galindo, Robert Dante Siboldi (interino), Guillermo Vázquez, Sergio Bueno, Joaquín Moreno (interino), Tomás Boy, Paco Jémez, Pedro Caixinha y el actual: Robert Dante Siboldi.

Entonces, más de 130 jugadores, siete directores deportivos y 16 entrenadores en 44 torneos. Veintidós malditos años sin título.

Será que la economía del fracaso sigue siendo lo conveniente en Cruz Azul y que realmente no importa perder, ser eliminados, humillados.

El más reciente fracaso se le debe adjudicar a Ricardo Peláez y a Víctor Gárces, personajes que protagonizaron un pleito de vecindad en los medios de comunicación y que mientras uno (Peláez) armó el plantel, el otro (Garcés) se empeñó en destrozar todo lo que tenía aroma al ahora directivo de Chivas.

Así pueden pasar años y Cruz Azul seguirá viviendo de sus títulos de los años 70, la única década en la que realmente fue exitoso, ganador. Todo lo demás han sido sumas de fracasos muy sonados por escándalos, contrataciones de medio pelo, pleitos, cambio de estadio... En fin, nada que ver con una franquicia exitosa.

Si siguen teniendo seguidores es porque dejaron huella indeleble en la generación que los vio triunfar y la herencia que han entregado a sus hijos hace que aún tengan popularidad, porque —si fuera por ganadores— nadie lo tendría como equipo favorito.

Se siguen peleando, se siguen destrozando, pero mientras todo eso pasa en las oficinas, también siguen las nuevas contrataciones, la esperanza renovada o, más bien, alimentar a la economía del fracaso.

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