No generar más de 200 mil televidentes en un partido de Primera División debe ser preocupante para el club, la televisora dueña de los derechos, la propia Liga MX y, por supuesto, para los patrocinadores. Un juego mediático, de alta popularidad, no da más de 400 mil espectadores en televisión restringida —ejemplo, Monterrey vs América y Santos vs Chivas —, mientras que en señal abierta las cifras son de millones, no de miles.
Vienen los duelos de repechaje y de los 12 equipos que aún aspiran al campeonato, incluidos los cuatro que ya están en cuartos de final, hay siete cuyos encuentros se transmiten en exclusiva por canales de paga: León, Pachuca, Santos y Monterrey. En el caso de Tigres, Chivas y Toluca, también usaron exclusivas en un canal de paga de Televisa en la temporada regular. Es decir, solamente Puebla, América, Cruz Azul, Pumas y Necaxa van en cadena nacional en señal abierta.
El promedio en la televisión restringida de los juegos de temporada regular no es mayor a los 150 mil televidentes por partido, incluyendo los transmitidos en Fox Sports, ESPN, Claro y TUDN. Cifra muy baja, pero lógica, ya que el mercado de TV por cable cada vez es menor. Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre 2018 y 2020 cayó el mercado en 3.2 millones de usuarios; de estar en 21 millones de suscriptores, han pasado —según estos datos— a 18 millones. No se incluye lo sucedido durante la pandemia de Covid-19, donde la economía de los mexicanos ha mermado y se han cancelado sistemas de cable, satelitales, etc., a diestra y siniestra. Datos estimados consultados con expertos en la materia aproximan a 16.5 millones de suscriptores al culminar este fatídico 2020. Es decir, de casi 70 millones de televisiones que existen en México, solamente 16 millones tienen acceso a los partidos de los equipos antes mencionados. Limitada su distribución.
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El futbol necesita en estos tiempos, en los que el aficionado no puede entrar a un estadio, mayores ventanas, por lo que sería una buena idea que las inversiones de las televisoras que se hacen individualmente con los equipos a transmitir sean absorbidas por la Liga MX y que sea ésta la dueña global de los derechos de transmisión y así poder distribuirlos a quien los compre. Si es una cadena, bien; si cinco cadenas quieren adquirirlo, también. Al final, la idea es que el futbol sea para todos y que las televisoras puedan vender, los patrocinadores tener exposición y los equipos ganar dinero. La industria del futbol necesita ideas y acciones novedosas.
Televisa, TV Azteca, Fox Sports, ESPN, TUDN, Claro, Multimedios y quienes se quieran sumar a comprar partidos, que lo puedan hacer. El ejercicio de la Copa MX resultó muy satisfactorio, ya que todos tienen acceso a partidos; eso sí, sin costo para algunos, sin inversión para otros. La idea es generar riqueza y, para ello, la exclusividad ya es un concepto arcaico. Que sea el control remoto la pieza de la democratización del futbol. Sería un gran ejercicio ver la Liguilla, el mismo partido en cinco o seis cadenas de TV diferentes, y el gran ganador sería... Todos.