No dejar sin trabajo, sin sustento, a quienes dependen del Querétaro llevó a los propietarios de los clubes de la Liga MX a tomar la determinación de regresar la franquicia de Gallos Blancos a quien se la vendió a Gabriel Solares y compañía —con el compromiso de tenerla que negociar este mismo año—, para no desaparecerla y provocar más daños de los que de por sí se produjeron con los terribles hechos del 5 de marzo.
Y aunque en efecto, los castigos contra la directiva que falló y permitió las terribles equivocaciones parecen muy blandos, a final de cuentas estos directivos (salvo Adolfo Ríos, que es otro daño colateral), puede que ya no regresen al futbol o, al menos, que no lo hagan como accionistas de un equipo, ya que este negocio no les funcionó.
Pero lo que realmente debemos continuar documentando y no olvidar, además del seguimiento a los heridos y a las investigaciones en Querétaro , es el tema de la seguridad en los estadios. Mientras siguen sin reconocer a las barras como tales y pensando que si las llaman “grupos de animación” serán menos violentas, no hay tiempo que perder para implementar los mecanismos de reconocimiento y credencialización de los que se hablaron en la conferencia de ayer.
Por supuesto que lo ideal hubiera sido que desaparecieran las barras, aunque es un tema mucho más complejo que el hecho de simplemente decirlo o desearlo. Es un tema en el que, además de violencia y delincuencia, hay corrupción, y eso hace muy difícil ir a la contra, ya que dejaron crecer tanto a los líderes de estos grupos, que ahora parece que son los que están al mando de todo el club.
Con el sistema del Fan ID avanzado para el juego de la Selección Nacional por la eliminatoria de la Concacaf, del 24 de marzo en el Estadio Azteca, bien podría ya comenzarse a trabajarlo en partidos como el Cruz Azul vs Pumas, León vs Tigres o el Clásico de la jornada que viene. No perder tiempo, no dejar esta ventana de aquí al inicio del siguiente torneo, para el que se supone ya deben tener este padrón de aficionados y barristas, porque durante ese tiempo puede presentarse otro de estos lamentables hechos de violencia. Y no es que queramos que ocurran, es simplemente ver las cosas como son y bajo la experiencia del comportamiento de estos grupos. Actuar de manera inmediata es vital.
Tan vital como, regreso al tema de la corrupción, terminar con las prácticas que existen en algunos equipos de apoyo y relación muy estrecha con los líderes de las barras, quienes son los que convirtieron la tribuna y el fanatismo en un negocio y que por supuesto no están dispuestos a dejar ir. Por eso es que se necesita actuar de manera inmediata y no dejar la puerta abierta para otra tragedia.
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