México es de los pocos países donde los directivos tienen más protagonismo que los futbolistas; ese es el caso de las actuales Chivas . Después de ver la imagen de su director deportivo rezando en el palco del estadio Banorte durante la tanda de penaltis en la que los Dorados los eliminaron de la Copa MX , los jugadores del Guadalajara ya no tienen margen de error.
Es Liguilla o Liguilla para este equipo cuyo dueño, Amaury Vergara, invirtió tanto dinero en busca de ponerle fin a los fracasos que han acumulado en los últimos cinco torneos en los que no se han clasificado a las finales.
Y que el protagonismo sea de ellos, de los futbolistas, quienes de regreso a la competencia en la Liga visitan a un Atlético de San Luis que con Guillermo Vázquez en la dirección técnica no ha perdido y puede alargar la mala racha de las Chivas, que después de derrotar al FC Juárez en la primera jornada del Clausura 2020, empataron en Pachuca y ante el Toluca, además del ridículo que hicieron frente a los Dorados del Ascenso MX.
En eso se tienen que mentalizar. Ya fallaron en el que su flamante directivo había marcado como el primer objetivo de este semestre, y en el torneo liguero, por más que se encuentren en la cuarta posición de la tabla, no han alcanzado un gran nivel de futbol, además de que tendrán ausencias importantes como la de José Juan Macías y Alexis Vega.
Ahora el resto de los elementos del Guadalajara, incluido Oribe Peralta, quien iría como titular ante los potosinos, tiene que tomar el rol protagónico que le corresponde y ganar, no hay otra opción más que esa si es que quieren ir remediando la eliminación que acaban de sufrir.
En estos momentos, todos los que forman parte de este proyecto de las Chivas en el Clausura 2020 corren un gran peligro de perder, aún más, la credibilidad que ganaron con su afición cuando poco a poco se iban oficializando las contrataciones de los refuerzos. Claro que los únicos culpables de esta decepción son ellos mismos, ya que comenzaron a prometer la obtención de cosas importantes sin siquiera haber jugado un maldito minuto de los dos torneos en los que tendrían participación y aumentaron las expectativas, de ahí que el golpe sufrido en Culiacán los tenga al borde del nocaut y de no reponerse, podría ser el inicio del tempranero derrumbe de uno de los equipos obligados a lucir en este torneo.
Lo único que se les debe reconocer a los jugadores y cuerpo técnico de las Chivas , es que de inmediato aceptaron su fracaso en la Copa y no salieron con la puntada de minimizar lo ocurrido, como sí lo hizo el director deportivo de los Pumas, quien en este afán de zafarse de las responsabilidades por la vía más rápida, aseguró que “para nada” se trató de un fracaso. Bajo este pensamiento, la afición de Pumas tendrá que estar tranquila si no clasifica a la Liguilla, ya que las prioridades del club no parecen ser las de competir por campeonatos, lo cual no me parece correcto cuando se trata de esta institución.