Nunca había sabido de un equipo al que se le midiera y tuviera que analizar a partir de que juega bien y crea muchas opciones de gol (aunque sin meterlas y sin ganar), hasta que escuché la defensa de algunos aficionados del .

Eso sucedió después del empate sin goles de las Chivas en Torreón, en un partido en el que —es cierto— el Guadalajara generó buenas opciones al ataque, pero no fue contundente y no pudo vencer al arquero Carlos Acevedo, con todo y el regreso de los futbolistas que fueron a Tokio 2020 y obtuvieron la medalla de bronce, esos mismos en los que parece estar depositada toda la confianza de aquellos que defienden ese 0-0.

Veamos las estadísticas de este partido, ahora que está tan de moda aplicarlas al por mayor. Es cierto, de los 14 intentos ofensivos que tuvieron las Chivas, seis fueron directamente a portería y ese mismo número fue el de atajadas que sumó Acevedo. Luego vendrán o pueden salir con otros números, con los que pretenden explicar las probabilidades que tiene un equipo o un futbolista en específico de anotar a partir de dónde hace el remate, si es con izquierda, con derecha, si lo hace con la cabeza, si el sol está en posición cenital y muchas otras cosas que se han convertido, para muchos, en una manera de sobarle la espalda a los jugadores o ilusionarse con que un equipo es mejor de lo que realmente muestra en la cancha.

Aquí, el nombre del juego es ganar. Si se logra jugando de manera ordenada, vistosa, mucho mejor. Ese es el ideal de los directivos, técnicos, jugadores y aficionados, pero son muy pocos los equipos que lo logran, esa es la realidad. El resto busca encontrar los resultados, ya que vive de eso. No viven de generar más oportunidades o de estar más cerca de anotar bajo una fórmula matemática que necesita más explicaciones de las que requiere un niño para aprender a pegarle de manera correcta al balón.

Antes de iniciar la jornada de media semana, el Guadalajara ocupaba el lugar 10 de la tabla, con apenas cinco goles anotados en cuatro partidos; todos estos, claro, marcados antes de que regresaran los “olímpicos”, los “medallistas de bronce”, que por lo menos en ese primer partido de regreso con el equipo simple y sencillamente volvieron a los altibajos que no se les vieron con la Selección. Sobre todo en los casos de Alexis Vega y Jesús Angulo, quienes durante su tiempo con el equipo han tenido destellos que el club necesita que se conviertan en actuaciones constantes, que sean los líderes. En lo que se refiere a Fernando Beltrán, necesita juego, y de Uriel Antuna, parece que volverá a ser la misma decepción que ha sido desde que llegó al equipo.

En fin, el Guadalajara no necesita promesas, no necesita oportunidades generadas, necesita goles, necesita ganar y volver a ser protagonista por eso, no por ser la burla de muchos.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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