Parecerá absurdo el tema, pero no lo es. Hay valores en el Olimpismo; por eso, encontrar uniformes de deportistas en la basura, con la bandera de México , es una bajeza, una barbaridad, una deshonra.
Un equipo que solamente tiene a una jugadora nacida en México, Stefanía Aradillas. Al final, el mexicano es por nacimiento o por naturalización. Ese no es el tema; de hecho, qué bueno que se ha descubierto talento en Estados Unidos de familias de mexicanos que emigraron para encontrar mejores condiciones.
Representar a tu país debe ser la máxima aspiración
para cualquier deportista, sea nacido en México o no. Imaginemos qué opinarían los que minimizan este tema si se encontrara el jersey de la Selección Mexicana de futbol en la basura, desechado por Rogelio Funes Mori después de su participación en la Copa Oro , o de un Mundial. Habría sanguinarias críticas.
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Miente el presidente de la Federación de Softbol , en una excelente y oportuna entrevista de Tania Ventimilla para Azteca Deportes. “Tenían que hacer espacio en sus maletas. No es lo mismo empacar 33 bates que traemos, arreos de catcher y de juego, los tres uniformes, los de entrenamiento, que empacar un par de guantes” dijo, de manera descarada, Rolando Guerrero , mandamás de esta federación.
“Fue un hecho de sobrepeso.
Traían doble careta, jugamos con una careta blanca y una roja; traíamos los cascos de protección. Cada una traía su casco, porque se les dio casco individual. No me gusta que se anden burlando de mi país en los medios internacionales, veníamos por medalla para México”, agregó.
Simple dato: El Comité Olímpico Mexicano y la Conade se encargan de los gastos derivados para la transportación de la utilería. Todo está cubierto para los atletas; de hecho, hasta un dinero diario les dan de viáticos. Muy bajo, pero se los dan. Es decir, el tema que vende como problema de sobrepeso para la línea aérea es una mentira, porque todos esos gastos están garantizados por parte de los líderes del deporte en México. Ahora bien, si un atleta decide comprar, pagar dos o tres maletas, porque se fue de shopping, debe encargarse de sus gastos, pero no de la utilería, no de su primera maleta.
Quienes se burlaron de México fueron las jugadoras de softbol;
eso que tanto le enoja al presidente de su federación, ocurrió. Es una deshonra, porque no debe existir más importante prenda deportiva que la utilizada en unos Olímpicos, en un Mundial. Y por si fuera poca la vergüenza, tampoco quisieron incluir la bandera de México en sus uniformes cuando compitieron. Claro, argumentan que los que les entregó el COM no les quedaron. Difícil de creer, porque es precisamente el presidente de cada federación quien manda las tallas de sus atletas, por lo que se equivocaron en 15 uniformes. Si el beneficio de la duda aplica, entonces ¿por qué a los nuevos uniformes no les fueron a planchar la bandera? Algo tan simple que se puede hacer en cualquier lugar del mundo.
Otro escándalo de 10 jugadoras nacidas en Califiornia, dos en Texas, una en Arizona y una más en Kansas City. Eso sí, cuando representan a su universidad en la NCAA, claro que portan orgullosas las casacas de Oklahoma, Texas o UCLA.