Este es el primer párrafo de un texto que iba a ser dedicado al bochornoso octagonal final de la Concacaf . Miren ustedes:
Las cosas como son: México y su infumable futbol comandan la frustrante y descolorida eliminatoria mundialista de Concacaf. ¡Qué cosa tan horrenda la que estamos viendo! El nivel de juego es paupérrimo. Es cierto que difícilmente se ven partidos de gran nivel en esta área, menos cuando se busca clasificar a una Copa del Mundo, pero lo de estos tiempos raya en lo impresentable. Las selecciones, lo único que han hecho es cumplir con el trámite de presentarse a jugar, de ofrecer un derroche físico que sólo incomode al rival y tener la pelota, pero el futbol no aparece. Ni el “están quedando a deber” aplica, porque igual no traen nada y nosotros andamos de exigentes.
Pero, ¿qué creen? En el armado de ideas para continuar evidenciando la “Ruta a Qatar 2022” en esta área tan poco favorecida para sorprendernos cada vez con menos calidad en el juego, apareció la gran noticia: Miguel Mejía Barón regresa a Pumas como vicepresidente deportivo. Obvio, pasó a segundo plano la eliminatoria, no había por qué desperdiciar más tiempo, pues Mejía Barón acaparó toda la atención.
El regreso del doctor alimenta esperanzas de mejoría en el Club Universidad Nacional . Su sola presencia anima a una afición harta del maltrato a su equipo. Es una jugada maestra y hasta maquiavélica de Leopoldo Silva, el presidente y representante del Patronato, que no tiene la menor idea de dónde está parado.
Trae a un icónico personaje de la institución, querido por los aficionados, para cubrirse la espalda; un escudo. Si mejora la situación (cosa que va a suceder), se colgará del triunfo por haber acertado en la decisión, pero —si no hay cambio— le echará la culpa al prócer universitario y dirá: “Ya ven, ni un histórico puede”. Arma de dos filos para Mejía Barón, pero la va a librar.
Miguel Mejía Barón conoce lo más recóndito de la institución. Es el ideal para remover la mugre y cochambre adheridas por muchos años. Su paso por Pumas y lo que consiguió en Tigres son las mejores cartas para sanear el azul y oro.
De vuelta en casa, Doctor . ¡BIENVENIDO! Ojalá prosperen las ideas que ponga sobre la mesa, que lo dejen trabajar. Usted sabrá cómo administrar al club de sus amores. La luz, al final del túnel.
@elmagazo