Guillermo Ochoa salvó a México de una catástrofe en Qatar. Si no hubiera sido por el guardameta, la Selección estaría cerca de concretar el fracaso en la Copa del Mundo. Hoy, más que nunca, hay que rendirle pleitesía a San Guillermo, santificado por tercer Mundial consecutivo.
El penalti, estudiado, que le detiene a Robert Lewandowski mantiene respirando a la Selección Nacional. Memo, sin duda, está hecho para estos grandes momentos, con el mundo encima de él.
Lamentablemente, estos actos heroicos de Ochoa —por lo menos en los pasados dos Mundiales— sólo han servido para lucimiento personal, porque el equipo se ha quedado en el lugar de siempre.
Por cierto, Guillermo —después de 31 penaltis que no pudo atajar— este 32 fue en donde sí lo hizo, y lo mete a la historia después de 92 años, tiempo que ha pasado desde que lo consiguió Óscar Bonfiglio, en Uruguay 1930, la primera Copa del Mundo.
México fue el mismo de los últimos dos años, en su debut mundialista. No cambió nada, siguió con su nula producción al ataque. Así, difícilmente se llega a estar entre los mejores 16 de la competencia.
Festejar que se tiene más posesión del balón, que tiras más a portería, que eres mejor que el rival, no sirve de nada si el marcador refleja cero goles anotados. Mucho movimiento de Hirving Lozano y Alexis Vega, intercambiándose por las bandas, pero todo quedó en grandes esfuerzos.
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Jorge Sánchez y Jesús Gallardo ayudaron poco en el desequilibrio por fuera; Héctor Herrera, Edson Álvarez y Luis Chávez, con mucho balón, pero con pocas ideas para resolver en medio campo, y Henry Martín, con sus idas y vueltas para buscar espacios y servicios que le permitieran culminar algún remate.
Charly Rodríguez, Uriel Antuna y Raúl Jiménez no tuvieron peso ante los polacos. Viene el juego contra Argentina. Si iba a ser difícil, ahora se vuelve muy peligroso, porque la Albiceleste llegará herida después de caer con Arabia Saudita. Necesita ganar sí o sí para no regresar de inmediato a casa, frustrada, hundida y fracasada.
Ojalá México logre detener y hacerle daño, mínimo aunque sea, a la salvaje bestia que serán los sudamericanos. El partido es decisivo para ambas Selecciones. ¡Sálvese quien pueda!
@elmagazo
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