Terminó lo que nunca tuvo que iniciar. Hay demasiadas teorías conspirativas sobre la salida de Diego Cocca, cualquiera queda bien cuando el gran negocio de la selección nacional se ve amenazado. El abandono de la afición en el juego por el glorioso tercer lugar de la Nations League, en Las Vegas, pegó durísimo en la chequera y el ego de los directivos; no llegaron los dólares que ya se habían presupuestado y eso no puede suceder con el “equipo de todos” que es el gran estandarte para ganar millones a costa de nuestros paisanos en los Estados Unidos. Por fin la gente se rebeló, se hartaron de que les vean la cara de tontos; no pretenden pagar más por un producto malo. Ante esto, lo único que queda es tomar decisiones drásticas para evitar que las ganancias regresen a la normalidad.

La gestión de Diego Cocca además era insostenible porque no llevaba una buena relación con los seleccionados. Cuando no andas bien con los “reyes de la casa”, tus días están contados. Estos personajes a los que difícilmente se les toca, hacen y deshacen como se les viene en gana. Así como echaron y exhibieron al entrenador argentino, así deberían hacer con ellos. Amenazar con no asistir a la Copa Oro, quejarse por las distancias de su palacio a las canchas de entrenamiento y demás asuntos inexplicables son para darles una patada en el trasero y no volver a convocarlos. Entrenadores van y vienen, los jugadores siguen siendo los mismos, ahí está también el problema y se debe atacar sí o sí.

El mensaje de Don JuanCa, el comisionado presidente de la FMF, destacó cuatro importantes puntos en los que navegó y se hundió el barco de Cocca y los que, por dedazo, lo pusieron como estratega de la selección nacional: “deficiencias en planeación, logística, funcionamiento y falta de liderazgo en muchos niveles”. La selección confirmó, después de la humillante y vergonzosa derrota ante los Estados Unidos en las semifinales de la Nations League, que era un caos y un desastre, una entidad sin pies ni cabeza; un sitio ingobernable. Es irrebatible que con Cocca no se iba a llegar a ningún lado. El escándalo es de grandes proporciones, deben arreglar cuanto antes.

El candidato natural y el número uno es de nuevo el uruguayo Guillermo Almada, sin embargo, todo hace suponer que los que ahora elegirán al nuevo técnico se irán por el lado “patriotero”, que ahora si sea mexicano para darle la oportunidad de dirigir el mundial en nuestro país. Bajo esta premisa, las opciones se reducen a Miguel Herrera, Ignacio Ambriz y el propio Jaime Lozano que será el interino en la Copa Oro. En este momento no hay margen de error para elegir técnico, restan solo 35 meses para el arranque de la próxima Copa del Mundo.

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