El título de la Concachampions es, a partir de esta edición de 2024, una obsesión para los clubes mexicanos.
La reingeniería de la FIFA al Mundial de Clubes es un apetitoso platillo que quieren probar los equipos de la Liga MX.
El próximo año tendremos un increíble torneo, con los 32 mejores equipos del planeta y queda claro que América, Chivas, Pachuca y Tigres no se lo quieren perder; Monterrey y León ya están clasificados.
La postura que tomaron Águilas, Tuzos y Tigres de salir con suplentes en sus respectivos partidos de la Liga MX es la clara señal de que la prioridad es el torneo del área y, mientras sigan con vida, la competencia de nuestro país se mantendrá en segundo plano.
Muy su problema tomar esta decisión. No quieren arriesgar de más a los futbolistas que —asumen— van a llevarlos al Mundial de Clubes, así que no escuchan críticas ni cuestionamientos por “faltarle al respeto” a la Liga MX.
Mucho hay de por medio en el Mundial de Clubes 2025: prestigio, imagen internacional, mucho dinero, roce con equipos regularmente inalcanzables, presencia ante FIFA, experiencia, relación con otros dirigentes y jugadores, vitrina para dar el salto a otras Ligas.
Rayados echaría a perder la fiesta si queda campeón, porque ya tiene su lugar asegurado, y el subcampeón —en caso de ser mexicano— quedaría al margen, pues no puede haber más de dos representantes de un mismo país (con la excepción de que sea el monarca del torneo) cuando la confederación, en este caso Concacaf, tiene destinadas sólo cuatro plazas.
El criterio para designar al cuarto participante nos llevaría al ranking del área y el mejor posicionado es el Union de Filadelfia, y luego el Crew de Columbus, de la MLS.
Si otros equipos de la Liga MX quieren jugar contra el Real Madrid, el Manchester City, el Bayern Munich, el Paris Saint-Germain, el Palmeiras, entre otros, entonces deben apostarle a la eliminación de Rayados y ganar la edición de este 2024.