América vive horas críticas para elegir a su nuevo técnico. Increíblemente, han pasado 17 días desde la salida del Tano Ortiz y no hay respuesta de la directiva. Se quedaron helados después de la renuncia del argentino. Asombra la nula reacción de los oficinistas para encontrar al sustituto. Inverosímil que no hayan tenido un miserable papel o una hoja guardada en la computadora con un Plan “B”, “C” o “D”, en caso de emergencia. Es un descuido monumental de los encargados de la dirección deportiva del club. Hace algunos años, esto no hubiera ocurrido. La imagen de la institución vuelve a ser golpeada. No conformes con el nocaut de las semifinales ante Chivas, ahora el sablazo llegó desde dentro. El América siempre debe estar preparado para esta clase de imponderables, porque no es un equipo cualquiera que pueda esperar días o semanas para tomar decisiones. ¡Es el América! Uno de los mejores del continente.

En el inicio de la pretemporada, el América no pudo recibir a sus futbolistas con un entrenador, y eso es vergonzoso. A menos de un mes para comenzar el nuevo torneo, las Águilas no saben quiénes serán sus refuerzos y cómo van a jugar, porque no existe aún el personaje que pretenda renovar al plantel. Diecisiete días sin estratega son demasiados para el equipo más ganador del futbol mexicano. Tuvo que llegar el dueño a Coapa para hacerle la chamba a los que les paga por llevar las riendas del club, porque siguen sin saber qué hacer, les da miedo elegir al nuevo director técnico, se lavan las manos y dejan que el gran jefe decida. Acierto o fracaso, la resolución, al final, fue de él.

América debe dar ese golpe autoritario para contratar a un entrenador de renombre, capaz, mediático. Al concluir la etapa de Ortiz, que comenzó como interino, es hora de hacerle honor a la historia del club y hacer “explotar la bomba”. Ya son varios los nombres que desfilan para tomar la responsabilidad. No todos tienen los blasones para abrirles la puerta, como al uruguayo Paulo Pezzolano, quien fue intrascendente con el Pachuca y ahora descendió con el Valladolid, equipo en el que se quedará en la Segunda División de España. Si las Águilas realmente quieren dar un “cañonazo”, tendrían que ir con todo sobre el argentino Ricardo Gareca, quien terminó su ciclo en la Liga de su país con Vélez Sarsfield.

Ya van tarde, pero si dejan pasar más tiempo, van a elegir de urgencia y les puede costar muy caro. Se apuran o se dedican a rezar durante la competencia para buscar un milagro como el de Ortiz. Es ridículo que el grandioso América ande sufriendo por la falta de director técnico. No pasa porque no quieran dirigir al equipo, pasa por la falta de un plan sólido y eficaz para fichar a un entrenador.

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