“Pero la fuerza del destino, nos hizo repetir, que si el invierno viene frío, quiero estar junto a ti”. Es parte de la letra de la maravillosa canción del extinto grupo español Mecano, La Fuerza del Destino.
El América y los Tigres gustan de enfrentarse en la gran final de la Liga MX en los gélidos inviernos. Les gusta repetir, estar cerca.
La última llamada al título del Apertura 2023 junta a dos equipos que han escalado su rivalidad en nuestro futbol.
Son los dos mejores de la competencia, no encontraron rivales que les complicaran el camino.
Águilas y regiomontanos son el mejor ejemplo de inversión y resultados; regularmente, se presentan a los mejores momentos del torneo.
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Es la mejor final que pudo tener este cierre de año. Estoy seguro de que vamos a ver dos partidos estratégicos, emocionantes. Hay suficiente calidad para esperar una final inolvidable.
Si el América tiene la ventaja de jugar la vuelta en el Estadio Azteca y cuenta con el técnico campeón de los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Tokio, los Tigres traen un bárbaro arsenal, cargado de experiencia y un estratega multicampeón.
La paridad de fuerzas de la final es muy atractiva, llama a los aficionados.
El americanismo convocará a miles en todo nuestro México; la mitad de Monterrey estará al pendiente de sus Tigres.
Mientras las Águilas buscan desesperadamente el título 14, porque así se lo exigen su dueño y seguidores, los felinos van por el bicampeonato y la novena estrella.
Cada quien agarre a su favorito. El mío —por lo que vi a lo largo del torneo— es el América, aunque los Tigres pueden quedarse otra vez con el título sin problema.
