Navidad, Navidad, dulce Navidad . Lo más ad hoc con estas fechas sería escribirle mi carta a Santa Claus, con las respectivas peticiones para los deportistas, a los que deseo mejores momentos. Eso lo tengo en mente; sin embargo, me lo guardo por ahora.
Este penúltimo texto de 2020 s e lo quiero dedicar a toda le gente que estuvo conmigo este año: la que se tomó el tiempo de leer la columna, ver alguno de mis videos en redes sociales o programas de televisión en los que aparecía. Todo el año, los que tenemos la fortuna de interactuar con el público, deliberamos sobre cuáles son los temas más importantes para exponerlos, pero difícilmente nos detenemos para agradecer a todos los que ponen su atención en nosotros.
Los lectores, televidentes, radioescuchas, nos destinan parte de su tiempo y eso es invaluable. Que alguien se tome la molestia de “echarnos un ojo” es un triunfo, que te contesten es como subir al podio. Nada más especial que tener la atención de los aficionados, son nuestro combustible, los que prenden ese deseo por encontrar las maneras más adecuadas de comunicarnos.
Increíble sería conocer a toda esa gente, platicar cara a cara, sentarse a tomar un café o unas chelas. Somos personajes expuestos al escrutinio público y, como tal, debemos estar abiertos a los buenos y malos comentarios, a las férreas críticas y a los generosos halagos. En mi caso, la libertad de expresión es como un estandarte, soy muy tolerante con lo que recibo, es muy difícil que bloquee a alguien.
A todos ustedes, de corazón, muchas gracias. En vísperas de la Navidad, les deseo que la pasen bien con sus seres queridos. Cuídense mucho, por favor. Besos y abrazos para todos.
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