México —por fin— se encuentra en el camino de los juegos que valen, los torneos que entregan títulos y los que quitan puestos, porque está clarísimo: Si no se ganan la Nations League y la Copa Oro, se tienen que ir tanto el técnico Diego Cocca, como Rodrigo Ares de Parga, con su rimbombante cargo de director deportivo general de la Federación Mexicana de Futbol.
No se les desea que les vaya mal, pero si no cumplen con los primeros objetivos del proceso a la Copa del Mundo de 2026, mejor cortar de una vez para evitar otro ridículo como el de la gestión pasada.
Es muy bueno que la Selección Mexicana entre ya a la competencia seria. Aquí es donde vamos a medir los alcances y avances del entrenador argentino con el equipo.
Vamos a reconocer o a hacer pedazos sus decisiones de manosear como se le vino en gana a los futbolistas para armar convocatorias.
Cocca debe estar consciente de que su chamba está en juego, que no puede fallar, porque igual no regresa de la gira por la Unión Americana.
Existe demasiada presión por lo que sucedió en Qatar 2022, pero antes —en las pasadas Nations League, Copa Oro y eliminatoria mundialista— México se empequeñeció ante Estados Unidos.
La pregunta es si Diego Cocca consiguió reinventar a la Selección para ambos compromisos, porque son casi los mismos jugadores que enfrentaron los fracasos ya mencionados.
Para como andan las cosas, le viene de maravilla al estratega sudamericano apostar por el juego poco vistoso, pero efectivo, que lo ha acompañado para ser bicampeón en el futbol mexicano.
Hoy, más que nunca, Cocca se envuelve en la bandera de “ganar como sea”.
Una vez más, espero que le vaya bien a la Selección Nacional, pero hagamos el ejercicio del panorama catastrófico: México pierde con los estadounidenses en la semifinal de la Nations League y no es campeón de la Copa Oro. Se van Cocca y su cuerpo técnico, además de Ares de Parga y algún otro dirigente.
El asunto directivo no preocupa, porque ponen a cualquiera que cumpla bien las órdenes, pero ¿quién sería el nuevo director técnico, apá?
Vendría una rebatinga sabrosa de los grupos de poder para colocar a su entrenador.
Nombres no faltarían, lo que sí haría falta es cordura para elegir, ahora sí, al mejor. Porque no se nos olvide la verdad, que Cocca no fue elegido por unanimidad, lo impusieron.
Comienza entonces el tormento, viacrucis, martirio, para la Selección Mexicana. En un mes, los jugadores deben salir a defender a su técnico, evidenciar que lo respaldan y quieren que se quede. El entrenador, por su parte, necesita ser muy inteligente con la puesta a punto del equipo. La sinergia debe ser muy apegada a lo perfecto para no andar llorando por un posible fracaso.