Chivas nos engañó vilmente, nos vendió que iba a ser un equipo combativo, contendiente y capaz de superar lo hecho el torneo pasado.

No existen tales afirmaciones cuando vamos a la mitad del torneo.

Comenzó muy bien, con tres victorias en las primeras tres fechas; líder indiscutible, para hacernos creer que iba muy en serio el equipo, pero llegó el viaje a Estados Unidos y todo se derrumbó.

Guadalajara dio pena, fue tristísimo ver a los tapatíos caer ante el FC Cincinnati y después ante el Sporting Kansas City, para quedar fuera en la fase de grupos de la Leagues Cup.

Este es el momento de quiebre, el que marca la actual situación del chiverío.

Ha pasado de Rebaño Sagrado a “Engaño Sagrado”. Qué cosa lo que nos está entregando Chivas, no puedo con las pifias en el campo y en la banca.

Aparentan que el proyecto del técnico serbio Veljko Paunovic apenas da sus primeros pasos; es más, se ven como si anduvieran en plena pretemporada.

La humillación en el Clásico Nacional, ante América, en el Estadio Azteca, da para pensar que algo no anda bien adentro, aún con las palabras de Fernando Hierro, su director deportivo, quien tajante niega “crisis, problemas en el vestuario, que hay jugadores que no se entienden con el entrenador, que todo esta mal, que todo es un desastre, que hay muchos problemas internos, una convivencia fatal... Es ganar o perder, así de fácil”.

Pues entre esta filosofía de ganar o perder y dejándolo a la suerte, entonces se les va la Liga “así de fácil”.

Erick Gutiérrez —hoy— no está para ser titular. Será muy su refuerzo de lujo, pero su nivel dista mucho de eso.

¿Por qué está en la banca el Pocho Guzmán? Alexis Vega pasa por una situación muy complicada, porque sus rodillas no le están dando lo que necesita.

Ricardo Marín no da el ancho, Jesús Sánchez anda en otra sintonía.

Los juegos pretenden ganarlos siempre con la bravuconería de Antonio Briseño.

El entrenador Veljko Paunovic requiere hacer cambios urgentes o explota la nave.

Después del ridículo ante América, Guadalajara debe dar un golpe interno que agite al grupo.

Chivas necesita despertar sí o sí. Mejoran o se los carga el payaso.

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