América es el gran favorito para coronarse. No hay, en este momento, un club que le haga sombra a las Águilas.
Es lo más cercano a la perfección. André Jardine ha hecho un trabajo supremo en los casi cinco meses que lleva como técnico. Ha logrado hacer del América un equipo vistoso, ganador.
Vale mucho la pena ver un partido de las Águilas, porque cumple con todos los requisitos de lo que se pide en cualquier espectáculo deportivo: Entretener.
Más allá de los halagos, este América juega bien, lo disfrutas. Es un plantel completo que entiende muy bien hasta dónde quiere llegar, lo que ambiciona su cuerpo técnico y lo que desean sus aficionados.
Las Águilas arreglaron su problema defensivo y fortalecieron automáticamente todo lo que ofrecen en el campo.
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Línea por línea, compiten a un sobresaliente nivel. Desde el espectacular Luis Malagón, pasando por Igor Lichnovsky y Álvaro Fidalgo, hasta Henry Martín, Diego Valdés, Julián Quiñones, Leo Suárez y Jonathan Rodríguez.
Tengo que hacer una mención aparte, honorífica, a Henry Martín: Qué forma de entender el juego del futbolista yucateco, anda en modo genio.
Le han faltado goles, pero los ha suplido con increíbles asistencias.
El entrenador brasileño André Jardine ya superó lo que hicieron en puntos —y hasta en futbol— Santiago Solari y Fernando Ortiz.
Va por el récord del León, que sumó 41 unidades en el Clausura 2019 (América tiene 39 puntos, 10 más que el segundo lugar, los Tigres).
Ahora, todas estas linduras que se han dicho de las Águilas se irán a la basura si no consiguen el título.
Últimamente les ha pasado, así que es necesario blindarse contra toda clase de presiones para llevar la 14 a sus vitrinas.
Tan cerca de la gloria como del fracaso, así es la vida del Club América en la Liguilla.