Alexis Vega no pudo con la fama, la fortuna y las lesiones. Un futbolista con condiciones bárbaras se quedó en el incómodo “ya merito” que azota al mexicano.
Vega —hace algunos meses— era el mejor jugador nacional de la Liga MX: volaba en la cancha, no tenía comparación.
Lástima que duró poco la ilusión de ver a otro jugador de este país en el extranjero.
Alexis tuvo pie y medio en el futbol del viejo continente, pero —entre que no llegaba a un arreglo y sus rodillas jugaban en su contra— todo se derrumbó. Claro que tenía nivel para competir en las grandes Ligas.
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Las indisciplinas, estar mal asesorado, las fiestas, una mente ocupada en diversión y no en triunfo, aplastaron por enésima vez la carrera de un futbolista.
Qué pena ver a este joven separado de su equipo, lejos de un sitio que le dio oportunidades para triunfar y ser una estrella.
Chivas y Alexis se necesitaban mutuamente, a ambos les convenía llevarse bien, aprovecharse. Falló el futbolista.
Seguro que al Guadalajara le dolió, pero como nadie está por encima de la institución, entonces el club ya encontró su reemplazo.
Cruel; sin embargo, así es el futbol y la vida en general.
No se entiende la actitud de Vega, vaya desperdicio. Es tarde para arrepentirse.
El capitalino no quiso ir a Cruz Azul para este Clausura 2024; en 2022, lo buscó Tigres.
La medalla de bronce ganada en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio no fue suficiente motivación para reventar la Liga, ser la gran figura en Chivas y del futbol mexicano.
Alexis volverá al Toluca, el equipo que lo mostró en el máximo circuito.
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En el Estado de México buscará recuperarse. Ojalá que encuentre algo de lo que alguna vez gozó.
Aún con todo lo mal que ha hecho, Alexis Vega merece una nueva oportunidad en la Liga y hasta en la Selección Nacional.
