Hace poco más de veinte años vi la película "El informante", basada en un caso real, donde la empresa tabacalera Brown & Williamson y en general toda la industria del tabaco, fueron condenadas por la justicia estadounidense a un pago multimillonario derivado de daños y perjuicios causados a la salud por añadir sustancias adictivas a los cigarros.

En esta historia, Jeffrey Wigand, un científico empleado de esta empresa, movido por sus principios y valores, decide exponer los peligros ocultos del consumo de tabaco en el conocido programa “60 Minutos” de la cadena de televisión CBS, teniendo consecuencias graves para él. Sin duda, esta película sirve de analogía con el acoso que sufren los alertadores o denunciantes de corrupción.

Wigand experimentó un aislamiento social significativo, ya que su familia y colegas se alejaron de él, de modo que la soledad y el aislamiento intensifican su estrés y ansiedad. Al igual que Wigand, los alertadores de corrupción enfrentan represalias severas por exponer la verdad, como la pérdida del empleo, amenazas a su seguridad o campañas de desprestigio.

Además, esta historia muestra cómo las amenazas legales pueden usarse para intimidar a los denunciantes. Wigand enfrentó múltiples demandas judiciales para disuadirlo de continuar con su denuncia. Este uso de la ley como arma es común en casos de corrupción, sometiendo a los denunciantes a largos y costosos procesos legales para quebrantar su voluntad. Los acusados de corrupción usarán todo su poder para tratar de silenciar a los denunciantes, creando en ellos una atmósfera de temor.

La película también analiza el conflicto entre la línea editorial y los intereses financieros de CBS, ante la amenaza de demandas legales en caso de publicarse esta investigación. En este contexto, se destaca la importancia de los medios de comunicación y el apoyo público en la protección de los denunciantes. Sin el apoyo de los medios, las denuncias de Wigand podrían haber sido ignoradas. De manera similar, los denunciantes de corrupción dependen del apoyo de los medios y la sociedad para asegurar que sus revelaciones tengan el impacto necesario.

El acoso a los denunciantes perpetúa un ciclo de impunidad que erosiona la confianza pública en las instituciones. La valentía de los denunciantes es crucial para romper este ciclo y promover la integridad. A decir verdad, muy pocos denunciantes cuentan con apoyo necesario o medios para enfrentar estas adversidades. La historia de Wigand recuerda la necesidad de sistemas sólidos de protección para los denunciantes, incluyendo leyes que protejan su identidad, mecanismos de seguridad y apoyo psicológico. Sin estas protecciones, muchos optan por el silencio, permitiendo que la corrupción continúe.

Esta analogía entre lo sucedido a Jeffrey Wigand y los denunciantes de corrupción resalta el valor e integridad necesarios para enfrentar a poderosos intereses económicos y políticos. Aunque las circunstancias varían, la búsqueda de la verdad y la justicia es la misma.

Esta historia muestra que una denuncia puede tener un impacto benéfico significativo en la sociedad y contrasta con la realidad de México. Desde el 2023 un grupo de personas y organizaciones ciudadanas, lideradas por el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción han trabajado en una propuesta de reforma al artículo 73 constitucional, con la finalidad de que se proteja a los alertadores de corrupción. Ojalá que esta iniciativa presentada en la Cámara de Diputados en abril de 2024 se retome y apruebe en la presente legislatura, pues es imperativo para avanzar en la detección y sanción de actos de corrupción.

Experto en fiscalización. “X”: @gldubernard

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