Durante los últimos años hemos tenido en México algunas de las peores crisis climáticas: la proporción nacional de municipios que tiene algún nivel de intensidad de sequía pasó del 30% en 2016 a 84% en 2024, de acuerdo con el documento elaborado por HR Ratings: “Estrés hídrico y sus principales causas en México”. Además, el huracán Otis, cuya intensidad es resultado del cambio climático, ya es, de acuerdo con la ONU, el evento relacionado con el clima que más pérdidas económicas dejó a escala global en 2023. ¿Uno más? Para 21 estados del país la deforestación es un problema, ¿sus principales detonadores? Incendios forestales, el cambio de uso de suelo para ganado, la tala ilegal y la agricultura a pequeña y gran escala. Las afectaciones comprenden 84% de todo el territorio nacional. Así lo reveló un documento presentado por CDP Latin America y la Comunidad Climática Mexicana, publicado por el World Resources Institute.

Este panorama –al que se agregan otros tantos factores– no ha logrado sensibilizar al Gobierno de la República. Al contrario, es quien ha contribuido a intensificar la crisis climática con acciones, cuyos efectos viviremos en el mediano plazo.

Por un lado, el mal llamado Tren Maya significó el ecocidio más grande de la historia de México: se deforestaron más de 2,500 hectáreas de selvas húmedas y secas; se están contaminando las aguas más puras del país con cemento, otros materiales de construcción y óxido. Además, se provocó desabasto de agua en la zona de Calakmul y se trastocaron 13 Áreas Naturales Protegidas a nivel federal, entre otros tantos daños; de acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental. Asimismo, esta administración impulsó la construcción de refinerías y ha obstaculizado la transición energética que permitiría el uso de energías más limpias.

Ante esta emergencia climática, los ciudadanos podemos tomar acción ejerciendo nuestro derecho al voto. Votar puede ayudar a mejorar las condiciones del clima en México, puede contribuir a mejorar el sistema hídrico; a tener más áreas verdes y lograr suelos más fértiles.

La mayor manifestación que podemos llevar a cabo los mexicanos es asistir a votar, y lograr que más del 70% de la población se exprese en las urnas. Esto ayudará a ejercer una importante presión en la clase política, porque estarán vigilados y obligados a cumplir sus promesas de campaña –en las elecciones del 2018 votaron dos de cada tres electores: el abstencionismo fue de 37.35%–.

Pero, ¿cómo es votar por el clima? Lo primero y más importante es revisar la experiencia de cada uno de los candidatos en materia ambiental; comprender qué es lo que han hecho, qué han propuesto, lo que han impulsado y lo qué han cumplido. Si tienen estudios sobre el tema y si han promovido el cuidado del medio ambiente, o si simplemente no les importa, lo han afectado y están siendo incongruentes para atender otros intereses políticos.

Las propuestas de los candidatos claro que son importantes, pero no deberíamos considerarlas como prioritarias, porque muchas veces quedan en el tintero –suelen ser utilizadas para ganar votos­, algo que ya no debemos permitirlo–. Por otro lado, es fundamental poner especial atención en la narrativa de los que se están postulando, revisar como piensan resolver el problema del acceso y saneamiento de agua, la calidad del aire, la producción sustentable de alimentos, conservación de la biodiversidad terrestre y marina, entre otros. Después será más fácil exigir que se cumpla su palabra.

También es importante considerar el discurso relacionado con resiliencia climática; analizar qué es lo que están proponiendo para estar preparados y disminuir los impactos del cambio climático.

Si te importa no quedarte sin agua y tener un mejor clima, Vota por el Clima. Aquí te comparto como están las candidatas y el candidato en ese ámbito:

Claudia Sheinbaum, representa al gobierno de la continuidad que ha desmantelado, como nunca en la historia, al sector ambiental. Ella es maestra y doctora en Ingeniería en Energía y fue Secretaria de Medio Ambiente durante la gestión de López Obrador, en la hoy Ciudad de México. Sheinbaum aprobó la construcción del segundo piso a pesar de que la Semarnat expresó que no se apegaba a los lineamientos en materia ecológica, de acuerdo con información publicada en la revista Proceso en el año 2002.

Ella respalda al gobierno que ha obstaculizado la transición energética –en la COP 27

México prometió reducir hasta 35% sus emisiones y generar el doble de la emisión actual (en 2022) de energía limpia para 2030–. Actualmente, la generación de energía limpia en el país es de 31.2%; sin embargo, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) hizo un ajuste metodológico para incluir en el apartado la generación de los ciclos combinados a gas. Esto, de acuerdo con una nota publicada por el periódico El Economista. Así que la participación real de energía limpia en el sistema es 28.9%. Además, de acuerdo con el Corporate Governance Institute, con datos del Climate Accountability Institute, Pemex se encuentra dentro del Top 10 de empresas que más contaminan en el mundo.

Este gobierno, si bien, es el que más Áreas Naturales Protegidas (ANP) ha decretado en la historia: suman 225; eligió recortar el presupuesto para vigilancia y destinar una inversión de 9 pesos por hectárea, cuando se encontraba en 97 pesos. Así, a lo largo de este sexenio, la CONANP (organismo encargado de salvaguardar las ANP), ha tenido un presupuesto a la baja –en el 2019 tuvo una reducción presupuestaria de 28%–, de acuerdo con el Análisis del presupuesto para el sector ambiental 2018-2024, realizado por Oceana. Asimismo, recientemente se anunció, por decreto presidencial, que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) se incorpora a la Semarnat. Es decir, está en peligro de desaparecer.

Así que no porque un partido sea ‘Verde’ es verde. No olvidemos que ellos votaron a favor de los combustibles fósiles, no se pronunciaron en contra del ecocidio más grande del país: El Tren Maya, e impulsaron la construcción de refinerías. Esto se trata de greenwashing político.

Por su parte, Xóchitl Gálvez, no tiene experiencia en temas ambientales. Sin embargo, aun siendo senadora presentó una denuncia penal en contra del director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Javier May Rodríguez –quien estuvo en el cargo hasta septiembre del 2023–, por la tala ilegal que estaba realizando por la construcción del Tren Maya.

Sobre la candidata, también preocupa el hecho de que priorice el desarrollo económico aprovechando la tendencia del nearshoring, sin considerar el impacto que este puede tener en el consumo de agua. No obstante, me parece fundamental otorgarle el beneficio de la duda –forma parte de su campaña como asesor en temas sobre Medio Ambiente y Cambio Climático, Rodolfo Lacy, quien fue director de Acción Climática y Medio Ambiente de la OCDE–.

Jorge Álvarez Máynez, pertenece a un partido progresista muy joven, que sí tiene propuestas en temas relacionados con el cuidado del medio ambiente –recientemente presentó un plan de cinco ejes para atender la escasez del líquido vital en el campo y en los estados donde el problema es más urgente–, de acuerdo con una nota publicada por El Universal. Sin embargo, Votar por el Clima es votar por quienes realmente representen una verdadera competencia y puedan impulsar acciones climáticas.

Ahora, recordemos que en los comicios de este año también se elegirán 128 cargos de Senadores y 500 cargos de Diputados, donde yo considero, debe existir un balance para evitar decisiones arbitrarias como la reciente reforma a la Ley de Amparo que fue aprobada por el Congreso mexicano. El objetivo es que el Congreso se convierta en un órgano abierto que escuche a la ciudadanía y que esté dispuesto a dialogar.

Voto por el Clima es un think tank que promueve la participación ciudadana en temas de democracia y medio ambiente –comenzamos en plena pandemia, en el año 2021–. Priorizamos acciones climáticas, y unimos brechas entre diferentes sectores para acelerar soluciones basadas en la naturaleza que contribuyan a reducir las emisiones y su impacto. También impartimos capacitación para todos aquellos ciudadanos que buscan incidir en su colonia, municipio o estado. Además, impulsamos campañas para evitar más ecocidios y posicionar el tema medioambiental en el top 5 de la agenda pública.

Nuestra organización nace como un movimiento y después nos formalizamos como una Asociación Civil que se llama Elijo por el Clima AC. Desde esta trinchera impulsamos la campaña “Sélvame del Tren” y logramos visibilizar el ecocidio del Tren Fantasma del Norte en Sonora; la falta de agua en Calakmul y el hotel militar que están construyendo en aquella zona. Hemos sido una organización con una visión muy crítica. También, durante el año pasado, publicamos en el senado el Manual Ciudadano sobre la Crisis Climática, que es una especie de resumen de los estudios más recientes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) –esta organización depende de UNEP (United Nations Environment Programme)–. Además, como parte de nuestras actividades, ofrecemos conferencias al sector privado para generar consciencia sobre cómo pueden incidir de manera positiva en su entorno a través de prácticas sostenibles.

Desde Voto por el Clima, exhortamos a todos los ciudadanos a que consideren el cuidado del agua, la conservación y regeneración de los ecosistemas, la transición energética para tener energías más limpias, y la práctica de una agricultura regenerativa como asuntos de seguridad nacional. Como nunca, nuestra permanencia y la de nuestros hijos está en juego. Salgamos a votar por el clima este 2 de junio.


Activista y especialista en Desarrollo Sostenible.


FUENTES:

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