El calentamiento global es una realidad y sus efectos los padecemos todos. El reciente informe científico del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático confirma que el mundo se está calentando rápidamente por la actividad humana. México, la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos (EU) han sufrido desastres naturales sin precedentes, tales como incendios más severos o inundaciones más intensas.
La única manera para minimizar los efectos del cambio climático es reducir rápidamente las emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) a cero e intensificar las medidas para proteger nuestros sumideros naturales de carbono, principalmente los bosques y los océanos. Un planeta viable para las generaciones futuras es responsabilidad de todos. Debemos actuar ya porque, como dicen nuestros hermanos de los pueblos originarios en los EU, “no heredamos el planeta de nuestros padres, sino que lo hemos tomado prestado de nuestros hijos”.
Por ello, la UE y los EU se comprometieron a ser climáticamente neutros de aquí al año 2050. Para que este objetivo sea realista, la UE ha mejorado su contribución determinada a nivel nacional y ha adoptado un nuevo objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2030 de al menos del 55 por ciento, con respecto al año 1990, y los EU proponen una reducción del 50 al 52 por ciento, con respecto a los niveles del año 2005, en la contaminación neta de GEI en toda la economía para el año 2030.
Sin embargo, la UE y los EU no pueden solos. La reducción de las emisiones debe ser un esfuerzo global colectivo para poder cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el incremento de la temperatura global a 1.5°C. En la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26), que se celebrará en Glasgow del 31 de octubre a 12 de noviembre, todos los países partes al Acuerdo deberán rendir cuentas y explicar cómo aumentarán sus compromisos.
En este contexto, la UE y los EU celebran la buena disposición de México para sumarse con nosotros en el lanzamiento del "Compromiso Global sobre Metano" durante la COP 26. Asimismo, nos gustaría trabajar con México en reforzar sus planes de mitigación y adaptación al cambio climático para los próximos años y presentar una estrategia de largo plazo de cero emisiones netas.
La transición a una economía de bajas emisiones es vital y, junto con otras soluciones, las energías renovables pueden aportar una contribución clave. México tiene el privilegio de contar con tremendos recursos solares y eólicos, soberanos y baratos. Su uso reduce las emisiones de GEI, mejora la calidad del aire, reduce tanto los precios de la electricidad como la dependencia de las importaciones de energía y crea empleos.
Sabemos que la financiación de la acción climática es clave para aumentar la ambición mundial en la aplicación del Acuerdo de París. La UE, que contribuye ya con 26 mil millones de dólares al año, va a añadir cinco mil millones más. Por su parte, los EU se han comprometido a duplicar su financiamiento global climático a 11 mil millones de dólares al año.
Si todos los países se comprometen a hacer más, podremos mantener la crisis climática bajo control. Lo entienden muy bien los jóvenes mexicanos con quienes nos hemos podido reunir esta semana, en particular las cuatro mujeres que fueron seleccionadas para acompañar a la delegación mexicana en la COP 26. No queda tiempo para la inacción: ahora es el momento para encontrar soluciones prácticas, de las más básicas a las más innovadoras. El futuro de nuestro planeta y de la humanidad está en nuestras manos.
Embajador de la Unión Europea en México y embajador de los Estados Unidos en México.