Desde hace 25 años, la ONU ha establecido el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Esta es una oportunidad para reflexionar sobre los logros y retos que el gobierno mexicano tiene con los pueblos originarios.

Hasta 2017 existían en el mundo alrededor de 370 millones de indígenas, equivalente al 5% de la población mundial.

Por su parte, México ocupa el 8o. lugar en el mundo entre los países con la mayor cantidad de pueblos originarios (68) constituidos por 7.4 millones de indígenas.

A pesar de su gran presencia en el territorio nacional y de su trascendencia en nuestra dinámica social y cultural, es posible apreciar que estos pueblos han estado expuestos a diversas violaciones de sus derechos humanos como la expropiación de sus tierras, el desabasto de recursos naturales necesarios para su supervivencia, así como a discriminación y marginación en todos los ámbitos, lo cual los ha dejado en un estado de indefensión, compartiendo la categoría de grupo vulnerable con las mujeres, los niños y niñas o los adultos mayores.

Dicha vulnerabilidad hace que los pueblos indígenas pertenezcan a los grupos de mayor pobreza en el país. La última medición de Coneval, arrojó que el porcentaje de población indígena en pobreza era del 73.2% y en pobreza extrema el 31.8%, convirtiendo a México en la segunda nación de América con el mayor volumen de población indígena en extrema marginación.

El gobierno federal ha puesto ahora especial esfuerzo en contrarrestar la desigualdad en la que viven estos pueblos, creando con esta finalidad el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Lo anterior, debe propiciar las condiciones para que la política pública del Estado mexicano se diseñe e implemente en un marco de coordinación con dichos pueblos, garantizando así el reconocimiento y el respeto de sus derechos humanos. Es responsabilidad de todos los mexicanos, emprender una actitud crítica y activa para que estos órganos de nueva creación cumplan con los objetivos planteados en miras de mejorar las condiciones para los pueblos indígenas.

Indudablemente, la población indígena en México forma parte de los estratos más desfavorecidos y discriminados, y a pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales aún queda mucho por hacer. Población y gobierno deben de unirse para atender la grave deuda que tenemos con nuestros pueblos indígenas.

En estos días internacionales resulta fundamental priorizar y trabajar incansablemente en dignificar a la población que guarda nuestra esencia y que nos hace únicos en el mundo a través de sus costumbres y valores.



Diputada Federal

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