Distintos analistas señalan que la economía mexicana no crecerá en 2022 como se esperaba. Estos cambios tienen distintas explicaciones incluyendo la cuarta ola de la pandemia. Mi experiencia internacional me ha llevado a conocer los sistemas y políticas de decenas de países y estoy convencida de que México tiene un gran potencial a pesar de la difícil coyuntura del covid-19.
México tiene una posición geográfica privilegiada, que nos plantea oportunidades en logística, conectividad y hasta en las capacidades para negociar tratados. Nuestro país cuenta con una población joven, competitiva y productiva; ocupamos la octava posición en el mundo por el número de ingenieros graduados y contamos con subsidios que permiten a más jóvenes integrarse a la vida laboral.
Mantenemos estabilidad económica y los indicadores macroeconómicos y la solidez de nuestras instituciones son un buen mensaje para el mundo. Del lado de la política, a pesar de los álgidos debates que polarizan a algunos grupos de la población, nuestro país tiene instituciones confiables y una democracia ejemplar que ha mostrado que la alternancia ordenada y pacífica es posible.
Nuestra red de tratados nos identifica como uno de los países más abiertos del mundo. México tiene acuerdos comerciales con 50 países, lo que le brinda mejores posibilidades para acceder a esos mercados. Contamos con recursos naturales, una gran capacidad agroalimentaria y potencial energético tanto en renovables como en combustibles fósiles.
México tiene todo para triunfar en el escenario global y detonar nuestro crecimiento económico, pero debemos ponderar los esfuerzos que se llevan a cabo en otras latitudes que, si bien pudieran parecer menos competitivas, han diseñado inteligentes estrategias para atraer inversiones y generar empleos.
El estado de derecho es uno de los elementos más importantes para garantizar certeza. Donde no hay seguridad crece el miedo. Donde se impone la corrupción incrementan los costos. Muchos países avanzan en la desregulación y el diseño de zonas atractivas a la inversión, en reglas claras que eviten las extorsiones y faciliten el desarrollo. México tiene aún importantísimas tareas pendientes en estos rubros, desde brindar las condiciones de seguridad hasta avanzar en regulaciones sensatas, transparentes y con menores cargas impositivas para quien desea hacer negocios en el país.
El debate energético que se lleva a cabo en la Cámara de Diputados es de enorme trascendencia. México tiene un gran potencial y el desarrollo de la industria energética es clave para el crecimiento del país. Al mismo tiempo de potenciarlo, necesitamos una política energética sin las cargas de contratos corruptos que afectan las finanzas del país y de los consumidores.
Emiratos Árabes Unidos definió un plan a partir de las necesidades de energía que tienen para hacer realidad sus proyecciones de crecimiento. Si bien cuenta con las séptimas reservas probadas más grandes en petróleo y gas, también es uno de los grandes impulsores de las renovables. Aprendamos, se invierte en presente y futuro.
Resulta fundamental planear mejor e invertir más en infraestructura. El proyecto del corredor Transístmico es una gran noticia para el sur del país y puede acompañarse de estrategias de educación para comunidades que han sido marginadas por décadas.
Es claro el potencial de México y del talento de los mexicanos. La cuestión es si podemos ponernos de acuerdo en la ruta a seguir para alcanzar el bienestar de la nación, a partir de mayores inversiones, negocios y empleos.
Presidenta honoraria de la Unión Interparlamentaria.