Al personal de salud, doctores, doctoras, enfermeras y enfermeros, a quienes debemos toda nuestra gratitud.
La pandemia del Covid-19 continúa extendiéndose. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta al 14 de mayo más de 4 millones de personas contagiadas y más de 300 mil muertes. México ocupa el lugar número 13 a nivel global por el número de defunciones oficialmente registradas (considerando que no se han aplicado las pruebas de Covid-19 a pacientes que se presentan al sistema de salud con grados avanzados de la enfermedad, según declaró el Subsecretario López Gatell).
El 12 de mayo se celebra el día internacional de la enfermera en ocasión del aniversario del nacimiento de Florence Nightingale. El juramento que lleva su nombre concluye: “Dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado”.
México llega a esta conmemoración en el 2020 con 111 trabajadores de la salud que murieron por coronavirus y 8,554 casos confirmados entre el personal médico. Entre quienes fallecieron, 66 eran doctores o doctoras, 39 trabajadores hospitalarios y 16 enfermeras o enfermeros, según reportes de la Secretaría de Salud al 12 de mayo. Nos acercábamos al día de la enfermera con 47 actos de violencia reportados por la Segob al 28 de abril y con 265 quejas por discriminación contra el personal de salud que han sido registradas en Conapred al 8 de mayo.
Mientras esperamos que el personal de salud salve nuestras vidas, sus salarios están muy lejos de la magnitud y compromiso que requiere su vocación. El promedio salarial en México para una enfermera es de $8,286 al mes y para los médicos es de $10,871 al mes con un rango que va de los 6 mil a los 63 mil pesos mensuales.
En México sólo contamos con 2.4 enfermeras por cada 100 mil habitantes. Además, es indispensable subrayar que esta pandemia demanda mucho más trabajo a las mujeres que a los hombres. La OMS destaca que las mujeres representan el 79% del personal dedicado a la enfermería y el 39% del personal médico en nuestro país, muy por encima de los porcentajes globales.
En la Unión Interparlamentaria desarrollamos una guía de trabajo sobre género y COVID-19 para los parlamentos nacionales: “Las mujeres son la columna vertebral de los servicios que son esenciales para hacer frente a la pandemia. El 70% del personal de salud que atiende a los enfermos son mujeres. Las mujeres también cuidan a los enfermos como cabezas de familia; trabajan en tiendas de alimentos y farmacias. En resumen, las mujeres están en la primera línea, particularmente en riesgo de infección”.
El personal de salud no debería estar forzado a hacer manifestaciones para exigir la capacitación e insumos necesarios, mucho menos ser expuestos a violencia al salir de largas horas de trabajo. Sabemos lo difícil que es trabajar una extenuante jornada cubiertos por asfixiantes protecciones (cuando cuentan con ellas) y expuestos al contagio del coronavirus, y el dolor de no poder convivir en situaciones normales con sus familias.
Es prioritario corregir esta situación, garantizar el equipo necesario, acceso pleno a pruebas de Covid-19, seguro de vida y apoyos para sus familias, políticas con perspectiva de género, incremento salarial y, desde luego, toda la solidaridad y gratitud de los mexicanos y mexicanas. Es tiempo de hacer honor a Nightingale y a todas las enfermeras y dedicar nuestros esfuerzos al reconocimiento de quienes ejercen tan generosa profesión.
Diputada federal