Esta semana, los líderes parlamentarios de todo el mundo se reunieron para celebrar la Quinta Conferencia Mundial de Presidentes de Parlamento, un evento que únicamente ocurre cada cinco años. Esta es una iniciativa de la Unión Interparlamentaria (UIP) –organización que presido desde 2017– en estrecha colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Aquí se trata de ofrecer una perspectiva parlamentaria a la agenda global. Este año, la Conferencia reunió a más de 100 Presidentes de Parlamento y contó con la participación de ponentes de alto nivel, incluyendo el propio Secretario General de la ONU.

Estas Conferencias culminan con la adopción de una Declaración. En esta ocasión, la Declaración constituye un mensaje contundente, que demuestra un sólido posicionamiento de los parlamentarios ante los temas prioritarios de la agenda global.

Este no es un tema menor. Las Declaraciones de la Conferencia Mundial de Presidentes de Parlamento siempre han sido políticamente relevantes. Para construir un consenso de ese alcance entre representantes de todo el mundo se necesita de un esfuerzo titánico y de una profunda capacidad para la deliberación. El resultado, por supuesto, es un mensaje que tiene el respaldo de voces muy diversas, que aporta una perspectiva parlamentaria y que es un reflejo del espíritu de sus tiempos. Como una de nuestras principales responsabilidades como parlamentarios es la de representar, el mensaje también debe ser uno sensible a la realidad del día a día de las personas de nuestro planeta.

Para la Conferencia de este año, hemos centrado nuestros diálogos sobre “Los parlamentos movilizados por u multilateralismo más eficaz que aporte paz y desarrollo sostenible a los pueblos y al planeta.” El tema es oportuno. Ha quedado claro que la pandemia que actualmente nos aflige no obedece a la lógica de las fronteras nacionales, y solo saldremos de ella con propuestas que apuesten por la cooperación.

Sin embargo, la pandemia es solo una de muchas crisis que prevalecen en el mundo. Es precisamente por eso que también quiero enfatizar que la Declaración también es un llamado a redoblar esfuerzos. Así, desde nuestros parlamentos, no se desistirá en la protección de derechos humanos y de libertades individuales; se insistirá en la defensa de los principios democráticos en nuestros procesos políticos; y se irá más allá de los modelos económicos tradicionales para construir economías incluyentes y sustentables.

Como los parlamentos son esenciales para traducir acuerdos globales en realidades nacionales, el respaldo parlamentario para luchar contra los grandes problemas de nuestro mundo también es digno de resaltarse. Podemos citar algunos ejemplos en la Declaración, en la que es manifiesto el compromiso con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio climático, con la resolución de la 73ª Asamblea Mundial de la Salud sobre la respuesta al COVID-19, y con el llamado del Secretario General de la ONU a un cese al fuego global, entre tantas otras iniciativas internacionales.

Presidir esta Conferencia es un honor, porque es un paso necesario para que los acuerdos globales no se queden en abstractos lejanos: es nuestro deber convertirlos en soluciones tangibles para las personas a las que representamos. Solo así podemos estar a la altura de las exigencias que conllevan los múltiples problemas que debemos afrontar.

Diputada federal y presidenta de la UIP

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