Hay libros que marcan una época. Regreso a la jaula. El fracaso de López Obrador, de Roger Bartra es uno de ellos. Será una referencia obligada en toda discusión sobre la naturaleza de la transición política, del papel que en ella ha jugado la izquierda dogmática y de sus (des)honras fúnebres con el gobierno de López Obrador. El autor hace en el libro una autocrítica y actualiza su forma de ver el atolladero populista en que nos ha metido el gobierno de López Obrador.

La idea fundamental es lapidaria: la llamada cuarta transformación no puede reconocerse como un gobierno de izquierda. Todos los demonios de la izquierda mundial se conjugan en las decisiones de su gobierno: austeridad, ausencia de reforma fiscal progresiva, ausencia del Estado en los estragos de la pandemia de Covid-19, militarización de la seguridad y del aparato público destinado al servicio civil, retroceso energético y medioambiental, rechazo a las luchas de mujeres y de las organizaciones progresistas de la sociedad civil, desmantelamiento de las instituciones democráticas, etc. Un ramillete de monerías que execraría cualquiera medianamente informado sobre los partidos y gobiernos de izquierda. El gobierno de AMLO es un gobierno populista de derecha que está fracasando y apunta al hundimiento haciendo creer a sus fieles que está restaurando las supuestas glorias de un pasado que nos llevará a la “república amorosa”.

La realidad indica lo contrario. Dos años con promedio de crecimiento negativo, polarización deliberada, desmantelamiento institucional, desorden de gobierno, centralización del poder, militarización, austeridad, incremento vertiginoso de la pobreza y el desempleo pretenden ser “compensados” por repartos directos de dinero a los necesitados y unas cuantas reformas perdidas en el desbarajuste confirman la idea de que el populismo solo deja tierra arrasada tras de sí.

El análisis de Bartra no se limita a criticar las “estrafalarias” políticas del Presidente. La conclusión de que este gobierno es “populista de derecha” desnuda la inconsistencia de corrientes que se reclaman de izquierda y forman parte de un gobierno con políticas de derecha y de un partido cacha-todo cuya función es la obediencia ciega al líder que las dicta. Esas corrientes y el partido en que se agrupan carecen de un pensamiento solvente del mundo contemporáneo y, peor aún, rechazan todo aquello que no sea un espejismo de sí mismas. Huérfanos del comunismo soviético y maoísta no solo carecen de imaginación y alternativas, sino que ni siquiera admiten el debate que debería estar en el orden del día. Se han degradado en lumpen izquierdistas; revolucionarios sin causa. Por eso, el autor se pregunta en los últimos capítulos sobre las corrientes de pensamiento y opciones que se debaten en el mundo y elige mirar hacia la maltrecha socialdemocracia como opción con potencial para renovarse como alternativa, cuestión que merece una indispensable discusión.

Sobre la actualidad de México, Bartra concluye que las próximas elecciones de junio son el momento de decisión entre recuperar la transición democrática extraviada, pero al final de cuentas válida, y el despeñadero populista en la “posdemocracia”. Estas elecciones son la opción entre volver a la Jaula de la melancolía o mantener abierta la rejilla para un posible México postnacional. Tengo para mi pesimismo que, ante los golpes que en plena campaña electoral se propinan a las instituciones electorales, la hipótesis del fracaso podría revelarse como un escalofriante y tenebroso éxito: una abrumadora agitación nacionalista combinada con fraude electoral de grandes proporciones sostenido en el respaldo de quienes han sido el proyecto presidencial más importante: las fuerzas armadas. Todo esto es lo que tiene usted en la boleta electoral del 6 de junio.

Académico de la UNAM.
@pacovaldesu

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