Abhijit Banerjee y Esther Duflo, últimos premios Nobel de Economía, publicaron recientemente un excelente libro: Good Economics for Hard Times, el título de este artículo. En él plantean que vivimos una etapa de crisis, en que las cuestiones económicas son centrales. Ante estos retos: los economistas están desprestigiados, apenas un poco menos que los políticos, la ideología ciega el análisis, faltan diagnósticos objetivos y más aún políticas eficaces, los pronósticos son errados. Los temas que abordan:
El “fin del crecimiento”
Después de la II Guerra Mundial, hubo los llamados “30 años gloriosos” de crecimiento histórico en EU, Europa y Japón, con aumentos de productividad y cambio tecnológico. Para algunos grandes economistas “el fin del crecimiento” se inició con la crisis petrolera de 1973, agravado por la Gran Recesión del 2008. Lo sustituyó el “estancamiento secular”. La tendencia la compensa el auge de países como India y China, con grandes reservas de mano de obra, tecnología disponible y exportaciones estimuladas por la globalización. Pero alcanzado un cierto nivel de bienestar, el crecimiento disminuye como ya está ocurriendo, “¡la trampa del ingreso medio!” Es indispensable reactivarlo.
“Los costos del comercio exterior”
La expansión del comercio se ve frenada por tendencias proteccionistas y las “guerras” de Trump. Con el comercio ha aumentado la “desigualdad” sectorial, regional y entre personas. Hay ganadores, pero muchos “perdedores”. La opinión pública no favorece al libre comercio. Los políticos lo perciben. Se necesitan políticas con mecanismos de compensación.
“El pánico de la migración”
Es probablemente el tema político más importante en los países ricos. Plagado de mitos. ¿Es una avalancha avasalladora? Sólo representa el 3% de la población mundial. En Europa 1.5 a 2.5 millones por año, o sea menos del 1%. Sí, siempre ha habido muy visibles choques migratorios por causas especiales: Venezuela, Siria, Centroamérica. Pero también se ha demostrado que los migrantes no provocan desempleo ni caída de salarios reales significativos para los locales, ocupan tareas diferentes y aportan talento. Representan beneficios con adecuadas políticas.
“La desigualdad explosiva”
Se inició junto con la caída del crecimiento en los 80, particularmente en EU e Inglaterra. En 1980 el “1%” detentaba en EU el 22% de la riqueza; en 2014, el 39%. El salario real va a la baja y como participación del ingreso nacional.
¿Cuáles políticas? La política tributaria es clave y en el centro del debate electoral de EU. Hasta los 70, las tasas impositivas más altas estaban entre 70-80%, ahora se reducen a 30-40%. Los autores afirman: “Un impuesto con tasas marginales altas aplicada a los ingresos más elevados, es una manera sensata de limitar la desigualdad”. La senadora Warren propone un “impuesto patrimonial” de 2% sobre activos superiores a US$50M y 3% sobre $1 billón, con apoyo popular del 60% en EU, aún entre los más ricos.
“Legitimar al gobierno”
Su intervención es indispensable, hasta para hacer eficaces los mercados, pero el Estado está desprestigiado por ineficacia y corrupción. Pero el gasto público, en países como EU, es ahora insuficiente para satisfacer necesidades en seguridad social, educación e infraestructura. Es sólo 27% del PIB, 10% abajo del promedio de la OCDE.
Una idea, que se ha puesto de moda, es otorgar un “ingreso básico universal” sin condiciones. Resulta muy caro, probablemente con una definición acotada, lo cual no es fácil. Recibe muchos elogios la opción del sistema de “transferencias sociales condicionadas”, como “Oportunidades” de México. Dicen los autores “cualquier innovación necesaria en política social requiere más recursos fiscales”.
México requiere “buenas políticas económicas para tiempos difíciles”. El libro contiene estimulantes reflexiones y sugerencias.
Exembajador de México en Canadá.
@ suarezdavila