El 20 de marzo, el gobierno federal informó que en lo que va de esta administración el secuestro ha disminuido 81%.
Si tal dato fuese real este gobierno sería el más exitoso en reducir dicho delito. Lamentablemente la realidad desmiente al presidente y a la secretaria de Seguridad: el secuestro no sólo no ha disminuido sino que ha crecido de manera sustancial.
Precisamente ese mismo 20 de marzo, 95 migrantes fueron secuestrados en Chiapas, tres días después otras 66 personas fueron secuestradas en Sinaloa.
La mentira y manipulación de datos se han vuelto la manera normal de informar acerca de los índices delictivos en nuestro país, algo en lo que en el Observatorio Nacional Ciudadano hemos insistido una y otra vez, tanto por la manera en la que se presenta la información, como la calidad de la misma.
Primero: los datos oficiales reportan una disminución de aproximadamente 40% de los secuestros respecto al sexenio anterior, no del 81%.
Ello se debe a que el gobierno federal compara datos aleatorios sin respetar cualquier metodología convencional —toma el mes con la mayor incidencia y la compara con el último mes, omitiendo el comportamiento delictivo entre dichos datos— en vez de comparar periodos similares —por ejemplo, los primeros 63 meses de este gobierno contra los primeros 63 meses del anterior.
Segundo: la información que alimenta bases estadísticas utilizadas para transparentar los datos de secuestro es falsa, las fiscalías estatales y federal ocultan los números reales de secuestro.
Esta afirmación se sustenta en el análisis de los comunicados de las fiscalías contra lo que registran.
Es muy lamentable que un gobierno que prometió no mentir ni traicionar a los mexicanos mienta y traicione a las víctimas de uno los delitos más dolorosos para una sociedad; que pese a las denuncias y señalamientos de dichas mentiras, callen y miren a otro lado.
El secuestro no ha disminuido y hoy es un delito que afecta antes que a nadie a los más indefensos y abandonados.
373 personas fueron secuestradas en tan sólo cinco hechos delictivos ¿cuántas víctimas más han ocultado? ¡Imposible saberlo!
Lo que sí sabemos es que este gobierno desarticuló instituciones, debilitó las capacidades del Estado, traicionó a las víctimas y fracasó en generar la paz que por años prometió el candidato López Obrador.