Desde hace meses de manera tramposa e ilegal los aspirantes presidenciales han violentado la norma electoral e iniciado muy anticipadamente sus campañas.

Abusos que se cometen tanto desde el régimen como desde la oposición e incluyen la contratación de espectaculares, la pinta de bardas, la publicación de “entrevistas” y la organización de eventos políticos -con el consecuente acarreo de personas-.

Lamentablemente dentro de todo este ejercicio lo que ha faltado son propuestas puntuales, factibles, evaluables, que expliquen por qué una corcholata o un precandidato de oposición es diferente a lo que ya tenemos.

En lo particular, sorprende que entorno a la seguridad, uno de los temas más relevantes de la agenda pública y una de las políticas que más ha fracasado en su implementación, se escuchen generalidades e ideas poco originales.

Parece que ante la crisis de homicidios -más de 156 mil desde el inicio de esta administración-, sólo haya dos posibilidades, continuar o no con la política de “abrazos, no balazos”.

Hasta el momento poco se ha escuchado por parte de corcholatas y precandidatos cómo la extorsión presencial, el narcotráfico, el tráfico de migrantes, la trata de personas, el robo a transporte de carga, inciden en que se registren en promedio diariamente 95 víctimas homicidio doloso y 25 desapariciones de personas. Menos aún qué piensan hacer para revertirlo.

Para quien pretende ser la segunda parte del sexenio más violento de la historia ¿de verdad quieren repetir las decisiones tomadas por el presidente López? ¿Alguna vez saldrán a reconocer el fracaso de este sexenio en seguridad o seguirán culpando de todo al expresidente Calderón?

Para quienes piensan distanciarse de los “abrazos, no balazos” ¿qué modelo de seguridad proponen? ¿Qué acciones, con qué recursos y qué resultados se comprometen a lograr?

Quien resulte vencedor de la elección en 2024 ¿investigará las violaciones de derechos laborales contra los integrantes de la extinta Policía Federal, de la extinta PGR, de las aduanas del país? ¿Hará un ejercicio por perseguir y eliminar las redes de corrupción que se formaron en dichas instituciones con los grupos delictivos y actores políticos?

¿Se sancionarán las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas federales -particularmente por los soldados-? ¿Se evaluará objetivamente el desempeño de militares y marinos en la administración de aduanas, puertos y aeropuertos? ¿En la construcción de infraestructura? ¿En la ejecución de la política migratoria? ¿En el desempeño de los operativos? Aún más ¿seguirán siendo los rectores y articuladores de la política de seguridad?

El o la próximo presidente ¿mantendrá la Guardia Nacional? Si sí ¿cómo y en qué tiempo subsanará sus deficiencias? Si no ¿qué cambios llevará a cabo y cuánto nos costará?

¿Qué sucederá con la FGR y con el fiscal general? ¿Se castigará el cúmulo de abusos que ha efectuado en su gestión?

¿Se dejará de usar a la UIF y la Lista de Personas Bloqueadas como un instrumento político? ¿Se sancionará por ello a su actual titular?

¿Se castigará el abuso de poder de López? ¿El uso del Estado en contra de organizaciones civiles, periodistas y adversarios? ¿La violencia política que impulsó?

¿Se investigarán a los políticos que ganaron las elecciones en 2021 y 2022 gracias al apoyo y operación de la delincuencia organizada? Si gana el candidato de Morena ¿investigará a sus compañeros de partido?

¿Cómo reconstruirán el aparato de seguridad y justicia? ¿Cómo mejorarán el desempeño de las autoridades locales en la materia?

¿Cómo piensan proteger a los comerciantes que diariamente deben pagar extorsión a delincuentes y autoridades? ¿Cómo eliminarán los monopolios que ha impulsado la criminalidad organizada en torno a los mercados de huevo, pollo, cigarros, cerveza -por citar algunos-? ¿Cómo salvarán a las víctimas de la esclavitud moderna? ¿Qué política migratoria se impulsará y cómo se garantizará que ésta no sea controlada por los traficantes de personas? ¿Cuál será la política de drogas? ¿Se impulsará la reducción de su consumo? ¿Cómo?

¿Cómo se enfrentará la violencia social y la de género? ¿Qué enfoque de prevención del delito y la violencia se impulsará?

Los suspirantes presidenciales deben dejar de hablar en abstracto de cómo mejorar la seguridad del país y comenzar por responder a éstas y muchas más preguntas concretas para que los votantes podamos decidir de manera informada a quien será el próximo ejecutivo federal.

Dado que no habrá sanción alguna para quienes hoy violan la ley electoral y ya están en campaña, por lo menos que nos expliquen cómo piensan evitar repetir el fracaso que ha sido este sexenio en materia de seguridad.

Corcholatas y precandidatos, dejen a un lado sus intereses personales y partidistas y estén a la altura de lo que necesita México: un estadista que sepa cómo hacer del nuestro, un país seguro, justo, con un sólido Estado de Derecho. Alguien que no se limite a excusas y payasadas y sepa realmente gobernar.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarivasCoL

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