Para el próximo sexenio parece haber poca esperanza, ninguna posibilidad de un segundo piso o de una tercera vía para la seguridad de los mexicanos.

Es la conclusión a la que llegamos en el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) tras haber presentado los resultados del proyecto Por un México Seguro (PUMS).

PUMS es un esfuerzo que llevamos a cabo desde 2018 para entender qué tan preparados llegan los candidatos para atender los retos en materia de seguridad y justicia. Mediante las respuestas a un cuestionario de 300 preguntas evaluamos factibilidad, pertinencia y sustentabilidad de sus propuestas.

En esta ocasión sólo 38% de los 32 candidatos participó y sólo 5 presentaron un programa completo: Santiago Taboada, candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, las candidatas a gobernadora de Chiapas, Olga Luz Espinosa y de Guanajuato, Libia Dennise García y de Morelos, Jessica Ortega, así como el candidato a gobernador de Yucatán, Renán Alberto Barrera, fueron quienes se mostraron preparados para gobernar.

La única candidata presidencial que se sumó a este ejercicio fue Xóchitl Gálvez de la alianza PAN-PRI-PRD. Si bien entregó extemporáneamente e incompleto su cuestionario, debemos reconocer su disposición a abrirse a la crítica y dialogar.

La propuesta de Gálvez se destaca por ser la única candidata presidencial que contempla el combate al lavado de dinero como una estrategia para reducir el poder de los criminales. Entre sus propuestas desglosa cómo combatirá el cobro de piso y la victimización de Unidades Económicas.

En contraste, quedan dudas acerca de cómo implementaría la desmilitarización del país y la transición de la Guardia Nacional a cuerpo civil.

Dado que ni la candidata oficialista Claudia Sheinbaun ni el candidato Jorge Álvarez se sumaron a PUMS, en el ONC nos dimos a la tarea analizar los documentos publicados en sus páginas oficiales para evaluar sus propuestas de seguridad.

¿Qué encontramos? Que como Sheinbaun parte de un diagnóstico falso, propone acciones que difícilmente tendrán un impacto positivo en reducir la violencia y que Álvarez exhibe una visión limitada del problema y pocas propuestas para resolverlo.

Sheinbaun afirma que continuará con la actual estrategia de seguridad -asumiendo que tal estrategia existe- porque ésta ha dado resultados. La morenista no reconoce falla alguna en lo ejecutado en esta administración y celebra su efecto de pacificar al país.

En ningún momento reconoce que la estadística oficial pone a este como el sexenio más violento de la historia. Tampoco admite que prácticamente todos los delitos crecieron, de la mano de las violaciones a derechos humanos, la corrupción y la impunidad.

Como parte de una línea base falsa, muchas de sus propuestas carecen de sentido respecto a las necesidades de seguridad del país. Prueba de ello es que omitió considerar como delito prioritario el robo de hidrocarburos, los delitos contra el medio ambiente o el narcotráfico.

La propuesta Álvarez se limita a esbozar 24 acciones sin dar detalles presupuestales, de diseño, de implementación, indicadores, mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. Destaca una visión más liberal respecto a los consumidores de drogas.

Lo más sorprendente es que ninguno de los 3 candidatos habló de cómo piensa enfrentar la crisis del fentanilo ni cuentan con un plan para remediar la crisis forense. Los 3 hablan de fortalecer las policías sin dar más explicación y asumen que hay dinero para todo.

A tan sólo 5 días de la elección queda claro que la seguridad de los mexicanos es la gran perdedora.

Durante la campaña y en los debates, la mayor parte de los candidatos se centró en descalificar la calidad moral de sus oponentes, bailar o cantar en redes sociales. Rara vez lograron formular propuestas serias y factibles.

Definitivamente para los mexicanos no hay segundo piso o tercera vía de la seguridad. Sheinbaum y Álvarez son candidatos que sustentan sus propuestas en datos falsos, con propuestas pobres y que no dialogan para resolver las fallas en sus programas.

Los mexicanos tenemos poca esperanza en materia de seguridad. Si bien Gálvez es la única candidata presidencial que mostró disposición y transparencia, su plan requiere de mucha más profundidad.

El gran dato positivo de este ejercicio viene de las elecciones locales. En 5 entidades encontramos candidatos serios que están listos para atender el principal problema de los ciudadanos: la seguridad.

Taboada en la Ciudad de México, Espinosa en Chiapas, García en Guanajuato, Ortega en Morelos o Barrera en Yucatán, son ejemplos de políticos concentrados en cómo gobernar bien y cuentan con un plan para hacerlo.

Mi anhelo es que los votantes depositen su confianza en aquellas y aquellos mexicanos preparados y con la evidencia de un plan sólido para gobernar.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarrivasCoL

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