Aún no termina el primer mes de su administración y la presidenta Sheinbaum se confirma como una mandataria que miente, que es autoritaria y que está dispuesta a usar todo el poder del Estado en contra de quien se oponga a sus intereses.

Ante la suspensión definitiva de la reforma al Poder Judicial que una juez emitió, la presidenta respondió que no acatará tal orden, dio argumentos falaces y amenazó con perseguir a la juzgadora.

Con ello, Sheinbaum desacata y desconoce los pesos y contrapesos de una democracia, sienta un tono peligroso para su administración y debilita el ya muy vapuleado Estado de Derecho en nuestro país.

Para quienes se consideren lejanos al impacto de tales acciones, es importante recordarles que una vez que un gobierno se da la libertad de pisotear instituciones, contrapesos y normas, se vuelve difícil frenarles cuando vayan en contra de nuestros propios derechos.

Tal desprecio a los principios básicos de una democracia es lo que los receptores del Premio Nobel de Economía de este año, Acemoglu, Johnson y Robinson, advierten que lleva al fracaso de un país.

Los ahora Nobel de Economía se dieron a la tarea de analizar qué factores permiten que algunos países prosperen y otros no; sus investigaciones concluyeron que los aspectos determinantes para ello son los que encarnan a una democracia: contrapesos, solidez institucional, Estado de Derecho.

Precisamente en el libro “¿Por qué fracasan los países?” analizan diversos factores sociales como la historia nacional, la religión, la política y su marco normativo, para explicar por qué en ciertas naciones se logran mejores Índices de Desarrollo Humano.

De tal suerte que los autores intentan entender por qué en algunos países las personas tienen mayor acceso a la salud, nivel educativo, libertades individuales, movilidad social, esperanza de vida e ingresos per cápita.

La conclusión fue que si en una sociedad existen instituciones capaces de vigilar el pleno acato a la ley, las personas son libres de desarrollarse, emprender e innovar. Si por lo contrario, en un país existen élites políticas, económicas, sociales que viven por encima de la ley, seguramente hay muchas personas a quienes ni se les garantiza el respeto a sus derechos y se les impide prosperar.

En el libro se hace un análisis de política pública comparada, entre las referencias se encuentra México y qué aspectos nos han impedido ser una nación próspera.

Los autores advirtieron hace más de una década -su investigación se publicó en 2012- qué camino no debíamos seguir: concentraciones de poder en una persona, pobres contrapesos, débiles instituciones, leyes que son letra muerta y asimetría en derechos.

El autonombrado “segundo piso de la cuarta transformación” ha ido en sentido opuesto a lo que el mundo reconoce como una gran aportación para mejorar la vida de los ciudadanos, ha permitido la sobre representación en el Congreso, militarizado al país e intentado desaparecer la independencia y los contrapesos entre los Poderes.

Por ende ¿qué impacto puede tener la Reforma Judicial, el desacato a la ley de la presidenta Sheinbaum y su gabinete o la manera desaseada en la que el Poder Legislativo lleva a cabo reformas dirigidas a destruir los contrapesos? ¡Al fracaso para nuestro país!

Esperemos que la presidenta lea a los Nobel de Economía 2024 y como científica -que dice ser- rectifique, respete la ley y evite llevarnos a una peor catástrofe respecto a la que ya nos llevó su mentor, el expresidente López, que científico no era.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarivasCoL

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