El pasado 7 de enero ocurrió un choque de trenes en la Línea 3 del Metro capitalino, el hecho ocasionó la muerte de una joven y un centenar de heridos. Seis días después se incendió un vagón en la estación La Raza, afortunadamente sin pérdidas humanas.

De los 7 accidentes mortales ocurridos en los 60 años del Sistema de Transporte Colectivo Metro, 4 sucedieron en la administración de Claudia Sheinbaun, así como la mayoría de reportes de mal funcionamiento de vagones y líneas.

Ante los cuestionamientos de la prensa sobre el hecho y sobre las muchas otras fallas del Metro, la respuesta de la jefa de Gobierno fue insinuar sabotajes -que ella refirió como “acciones, momentos y hechos atípicos” -, y para ello solicitar la presencia de 6 mil 60 elementos de la Guardia Nacional (GN) en las estaciones del Metro.

El 3 de mayo de 2021 se registró el derrumbe de las estructuras que conectaban las estaciones Olivos y Tezonco de la línea 12 del Metro y que tuvo como consecuencia 26 víctimas mortales, 80 personas heridas y 5 desaparecidas.

También en ese evento, varios legisladores morenistas sugirieron sabotaje e incluso hubo quien afirmó que el accidente había sido un hecho doloso ocasionado por la oposición.

Ni en 2021 ni en 2023 existieron evidencias o carpetas de investigación por sabotaje, como tampoco ningún detenido. Por ello, podemos asegurar que las afirmaciones de la gobernante son cortinas de humo para evitar responder con claridad al por qué el Metro capitalino, uno de los sistemas más efectivos de transporte público y una de las redes más grandes del mundo está colapsando.

¿Qué implicaciones tiene desplazar 6,060 elementos de la GN en el Metro? Varias y de diversa naturaleza:

1.- Esos 6 mil 60 elementos de la GN, son más de aquellos desplazados en 29 entidades del país, estados con una grave crisis de control territorial de la delincuencia organizada y de altos índices de violencia como es el caso de Jalisco o Sinaloa.

¿Debemos entonces entender que la situación de seguridad del Metro requiere más atención militarizada que el 90% del país?

2.- Al enviar fuerzas federales para “proteger al Metro de sabotaje”, la jefa de Gobierno descalifica el rol de la fiscalía y la policía capitalina en prevenir, reaccionar e investigar los delitos.

¿Considera Sheinbaun más capaz a la GN que a su FGJ o su SSC? De ser así ¿cómo podemos sentirnos seguros los habitantes de la Ciudad de México?

3.- ¿Está capacitada la GN para detectar posibles sabotajes, reaccionar y proteger a los usuarios del Metro? No.

Pese a que el próximo 29 de marzo se cumplen 4 años de la creación de la GN, los integrantes de la Guardia carecen de los Certificados Policiales Únicos -que acreditan su formación y controles de confianza-, mientras que la institución adolece de la falta de un plan rector de profesionalización; protocolos de actuación; mecanismos de supervisión, o tan siquiera un plan de mediano y largo plazo para su fortalecimiento.

La evidencia de todo lo anterior se tuvo en el primer fin de semana cuando los militares permanecieron “resguardando” las estaciones del Metro. En redes sociales abundan las fotos de guardias nacionales viendo sus celulares, platicando entre sí o dormitando, en vez de observar el movimiento de personas e identificar a posibles saboteadores.

Si ello no fuese suficiente el viernes los militares detuvieron a un joven que realizaba una pinta en una estación del Metro y lo remitieron a un juzgado cívico. El joven fue inmediatamente liberado, mientras que los elementos que intervinieron fueron sancionados por su actuación.

Pocas horas después se dieron a conocer videos de soldados y guardias nacionales investigando la presencia de un posible explosivo en las vías del Metro. En el video se aprecia la ausencia de medidas y protocolos de actuación ante un posible artefacto que podía ocasionar la muerte de muchas personas. Afortunadamente la “amenaza” resultó ser una lata de refresco.

El domingo se difundieron grabaciones de cómo se separaron vagones del Metro al llegar a la estación Polanco, de la línea 7, mientras los guardias se entretenían con sus celulares. Evidentemente no hubo evidencia de sabotaje, sí de problemas estructurales y falta de atención de los guardias.

Más allá de lo irónico que resultan todas estas fallas, lo verdaderamente grave es que se distraiga a la principal institución federal de seguridad en hechos inexistentes mientras que al cierre de 2022 los datos oficiales de homicidio doloso, desapariciones de personas, delitos que atentan contra la vida de las personas, extorsiones, privaciones ilegales de la libertad, trata de personas y narcomenudeo -entre otros muchos delitos-, exhiben que el país ha tenido los 4 años más violentos de su historia.

Por otro lado, pese a que GN es altamente confiable para los ciudadanos, es evidente su falta de formación, misma que ha ocasionado que en menos de 4 años de operación, haya cometido más violaciones graves de derechos humanos, desapariciones forzadas y denuncias de corrupción, que la extinta Policía Federal en sus 10 años de vida.

Evidentemente resulta difícil justificar por qué no se le da el mantenimiento y la dignificación necesaria al Sistema de Transporte Colectivo Metro y se prefiera apostar a cortinas de humo.

No es sencillo explicar por qué Sheinbaun se encontraba el día del accidente de la línea 3 del Metro promocionándose en Michoacán -tuvo que solicitarle al gobernador de dicha entidad un helicóptero para acudir 2 horas y medio más tarde al lugar del accidente-, en vez de estar atendiendo los crecientes problemas de gobernabilidad de la capital.

Sin embargo, resulta criminal distraer a la GN de sus labores, quitarle elementos a entidades en una terrible crisis de violencia y abandonar a millones de ciudadanos ante el control territorial de la delincuencia organizada, en vez de rendir cuentas y actuar como la gobernante de la capital.

Lamentablemente estas decisiones tendrán como consecuencia poner en evidencia que el Metro no está bajo ataque, no hay sabotaje, simplemente se cae a pedazos por el abandono del gobierno de la ciudad. Mientras el presupuesto para publicitar al gobierno capitalino -es decir, a la jefa de Gobierno-, creció 39%, al tiempo que el del Metro en términos reales, ha permanecido casi igual que los últimos 4 años de la administración pasada.

De paso Sheinbaun dañará la imagen de la GN, al mostrar lo que en el pasado muchos analistas hemos señalado: que GN es una institución sin pies ni cabeza, rumbo o capacidad para proteger a los ciudadanos.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCoL


 

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