Con base en los resultados de la pasada elección podríamos asumir que ahora sí se resolverán los problemas de incidencia delictiva y violencia del país.
La nueva configuración política nacional le garantiza a la presidenta Sheinbaum la absoluta colaboración -por no decir, el control- del H. Congreso de la Unión, de 26 de las 32 entidades, de más de la mitad de las 2,469 municipalidades del país y de 27 congresos estatales.
El único contrapeso claro que queda en el panorama se encuentra en el Poder Judicial, particularmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Un contrapeso que tiene los minutos contados ya que, según lo anunciado por Sheinbaum y su partido, será reconfigurado al antojo de la primera mujer presidenta de México, en continuidad con la voluntad del todavía presidente López.
Con ello, Sheinbaum garantizará la transferencia definitiva de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional, consumando la completa militarización de la seguridad en nuestro país.
Ante este escenario no quedarán excusas que aportar, según lo que Sheinbaum afirmó durante meses, recibirá el país del presidente López en un proceso de mejora sustancial, con todos los delitos a la baja (a excepción de la extorsión, según las propias palabras de la morenista); con una GN efectiva; con programas sociales que ya dan resultados; con programas de reducción del consumo de sustancias, con una reforma educativa y con una economía nacional floreciente, que en su conjunto, logran inhibir el que muchos mexicanos se tengan que pasar a las filas de la delincuencia.
Asimismo, la política exterior de López, los apoyos que México ha dado a los países centro y sur americanos, reducirán dramáticamente el flujo de migrantes y los consecuentes problemas que ello significa.
Dado que contará con el pleno apoyo del H. Congreso de la Unión podrá reformar las normas necesarias para combatir los delitos y destinar los recursos necesarios para ello.
Como no hubo corrupción en el gobierno federal, se administraron impecablemente las finanzas públicas, no endeudaron al país y hubo confianza en invertir en México, ello permitirá seguir con una moneda sólida y un creciente flujo de recursos para invertir en la seguridad de los mexicanos.
Además, como el 81% de las entidades serán morenistas, se garantiza una coordinación perfecta entre federación y gobiernos locales.
Es decir, todo será según lo pidieron: alineación total.
Dicho control total del país no deja espacio para alguna excusa ante cualquier posible falta de resultados.
¡Qué tarea fácil tiene Sheinbaum, comparado con el desastre que recibió López de Peña!
López recibió -según su propia narrativa- el país en un claro proceso de aumento de delitos y violencia, con una corrupción imperante, con sólo 6 entidades aliadas y con una Policía Federal corrupta de 28 mil integrantes que tuvo que desmantelar para poder tener una sólida e incorruptible GN de 240 mil elementos.
Pues sí, a partir de 2024 México empezará a ser un país seguro… o así debería serlo.
Lástima que el diagnóstico de Sheinbaum no corresponda con la realidad, que la primera presidenta de México recibirá un país con los peores índices de delitos, violencia y control de la delincuencia organizada de la historia nacional y que deberá enfrentarlo con una GN ineficaz, sin preparación ni rumbo.
Que los recortes presupuestales que impulsó esta administración dejaron en condiciones deplorables a las fiscalías estatales y las policías de todo el país.
Que la militarización que tanto se impulsó con López ha traído más efectos negativos que positivos.
Que las transferencias económicas -que malamente llaman programas sociales- sirvieron sólo para garantizar votos, pero no para inhibir la participación de los jóvenes en el delito ya que facilitaron -en muchos casos- el consumo de sustancias.
Que la política migratoria y la educativa han sido un desastre.
Que este gobierno se acabó las reservas y ahorros que los gobiernos anteriores dejaron, que nos endeudaron como ningún otro gobierno había hecho y por ende no hay dinero para enfrentar los retos que la seguridad del país requiere.
Además, que el gobierno federal y los locales sean del mismo partido, no garantiza la colaboración en materia de política pública -particularmente cuando no existe un proyecto sólido en el cual participar-.
¡Es una lástima no vivir en el México de Sheinbaum, de López, de Morena! Sheinbaum y Morena pidieron control total sobre las instituciones y la mayoría de los mexicanos se lo otorgaron. ¡Ahora sí no hay excusa alguna para que no cumplan con su promesa de hacer de México un país democrático, próspero, seguro y justo!
Director del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCoL