En días pasados, el Consejo Nacional Empresarial Turístico y el Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac dieron a conocer los avances del Panorama de la Actividad Turística, publicación que concluye sus primeros 11 años de existencia. La información incluye una valoración del desempeño de la actividad turística en los primeros meses del año y se da cuenta de aspectos macroeconómicos relacionados con la actividad, así como de indicadores de la industria, puestos en contexto de una grave afectación por la prolongación de la pandemia, reportándose, también, los atisbos de una recuperación que parece vigorosa en el caso de ciertos segmentos de viaje y, también, de algunos destinos específicos.
A pesar de que en el reporte se incluyeron las valoraciones de la caída del PIB turístico en el primer trimestre del año, estimada en alrededor de 22%, en contraste con la reducción de 2.8% del PIB nacional, con una disminución del consumo turístico interior en torno a 160 mil millones de pesos y una pérdida de 800 mil empleos directos –en número redondo–, el componente de información que más atención despierta en medios es el de la valoración del volumen de viajeros mexicanos que fueron a Estados Unidos entre marzo y mayo de este año, denominado como turismo de vacunación.
En las primeras semanas del año se supo cómo un grupo de la población —ciertamente de altos ingresos—,se desplazaba al país del norte y lograba ser vacunado en una operación sigilosa y a hurtadillas, que al tiempo evolucionó a un fenómeno de importantes proporciones y que se extendió a otras capas de la población, en el que la posición de gobiernos y empresas estadounidenses fue flexibilizándose para dar paso a una completa apertura a visitantes mexicanos, al reconocer la importancia de la derrama económica surgida por este fenómeno, que contribuyó a dar un respiro a una economía muy atribulada.
De acuerdo con estas estimaciones, entre marzo-mayo de 2021, el gobierno estadounidense reporta un aumento de 537 mil 45 viajes provenientes de residentes en México, adicionales al promedio de los realizados en los cinco meses previos. Este inusitado aumento no parece tener otra explicacion más que la motivación de vacunarse, pues si bien en abril se presentó la vacación de Semana Santa, el mercado aún no operaba bajo bases regulares y el periodo de comparación incluía un mes de afluencia regularmente alta: diciembre. La derrama económica generada por estos viajes se estima en 325 millones de dólares.
Las referencias mediáticas se quedaron en este nivel, no obstante que el análisis da para más, pues la naturaleza del fenómeno puede reconocerse en la Balanza de Pagos. Mientras que el crecimiento en los ingresos por visitantes internacionales entre mayo y abril de 2021 fue de 24.6%, el aumento en los egresos por viajes al exterior fue de 47.5%, provocando que el saldo en la balanza turística sólo creciera 16%.
Desde la perspectiva estadounidense es de llamar la atención que en años normales, como 2019, la participación de los mexicanos que ingresan por vía aérea es de 3.5% del total. En contraste, entre enero y abril de este año los viajes de los connacionales representaron 41.1% del turismo.
Es claro que la situación es inusual y que en la medida que el mundo recobre la normalidad, los mercados turísticos que viajan hacia EU se van a diversificar. Lo sucedido queda como antecedente de cómo el turismo debe ganar espacios en la agenda de la relación binacional, pues el libre flujo de viajeros es de beneficio mutuo para ambas naciones.
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