Las palabra gobierno, gobernar y gobernanza tienen sus raíces en el antiguo vocablo griego de ‘kybernao’, referencia que alude a la manera de timonear la embarcación y, por extensión, a la conducción de una sociedad. Gobernar es pues mostrar el rumbo y en los extraordinariamente difíciles tiempos actuales, esto es justo lo que las sociedades demandan.
El turismo, actividad flagelada inmisericordemente por la pandemia del Covid-19, y todos aquellos que forman parte de la industria, no son ajenos a esta necesidad de orientación, De hecho, recientemente la Organización Mundial del Turismo ha hecho un singular llamado en este sentido, señalando que ‘No hay tiempo para un liderazgo tímido…’. En la misma poderosa lógica se inscribe la reflexión que hace la ONU sobre el turismo en la coyuntura actual y que ha quedado plasmada en el documento de Política que hizo público en días pasados, en el que luego de reconocer la importancia social y económica del turismo, se precisa que la actividad turística es una de las más afectadas por los efectos de la pandemia y, en consecuencia, se propone una hoja de ruta para la reactivación del sector en los años por venir, alineada en cinco ejes:
1. Mitigar los efectos socioeconómicos en los medios de vida, en particular el empleo y la seguridad económica de las mujeres.
2. Impulsar la competitividad y crear capacidad de recuperación, entre otros, mediante la diversificación económica y el fomento de las Pymes.
3. Avanzar en la innovación y la transformación digital del turismo.
4. Fomentar la sostenibilidad y el crecimiento verde.
5. Dedicar mayor atención a la coordinación y al liderazgo responsable.
Como se ve, el quinto eje hace una referencia explícita a esa necesidad de liderazgo que hoy está presente en la industria.
Tal vez uno de los liderazgos más notables que se ha empezado a sentir en el mundo del turismo en la región iberoamericana es de Luis Abinader, Presidente de la Repíblica Dominicana, desde el 16 de agosto de este año. A pesar del poco tiempo que ha transcurrido en su gestión, ya ha demostrado la sensibilidad apropiada para una emergencia como la que se enfrenta y, también, ha estructurado un plan de acción específico para el turismo que estará operando en las próximas semanas que incluye, entre otras medidas, la de dotar de un plan de asistencia a cualquier turista que se hospede en un hotel en el país que ampara no solo los gastos de un posible contagio, sino también aquellos que pudieran derivarse por el cambio en los planes de viaje por la misma situación. El pago de este seguro es asumido 100% por el estado dominicano.
Otros elementos de este plan son la asignación de 420 millones de pesos dominicanos (7.2 millones de dólares) para asegurar la disponibilidad de rutas aéreas estratégicas, además de diversas reducciones y facilidades de carácter fiscal para las empresas.
Ayer mismo, el Presidente, en el marco de una gira de trabajo, tuiteaba elementos claves de su estrategia turística ‘… trabajar en equipo en una alianza público privada e impulsar el desarrollo integral de esta provincia’.
Además de estas acciones, el liderazgo gubernamental se ha dejado sentir en múltiples reuniones de trabajo del Presidente y el ministro de Turismo con el sector, dentro y fuera del país. No parece poca cosa lo que piensan los empresarios de esta cercanía del trabajo gubernamental con las necesidades de la industria, muestra de ello son las palabras de la Presidenta de Asonahores Paola Rainieri de Diaz —órgano cúpula de los empresarios dominicanos—, quien recientemente señaló: ‘Hemos planteado las necesidades reales del sector turismo y el gobierno ha sido muy creativo diseñando nuevas opciones y soluciones’.
Con una fracción del territorio de México, República Dominicana recibe la séptima parte de los turistas que recibe nuestro país. Su desempeño reciente se ha basado en un modelo de incentivos fiscales a la inversión muy agresivo… Sin duda lo que hoy sabemos de la política turística de este país caribeño, suena como un gran ejemplo de liderazgo.
