El final de la presente administración federal coincide con la aparición de múltiples señales de desaceleración del turismo. De acuerdo con un estudio del Sustainable Tourism Advanced Research Center (STARC) de la Universidad Anáhuac Cancún, en conjunto con el Consejo Nacional Empresarial Turístico, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, los resultados del verano que recién concluye son más bien malos y parecen acusar no sólo un proceso de desaceleración, sino, incluso, de contracción en diversas variables.
Así, por lo que hace al plano internacional, destacan los malos datos reportados del volumen de pasajeros en tres de los más importantes aeropuertos con flujos turísticos receptivos, en comparación interanual. Cancún, por ejemplo, presenta un comportamiento negativo de manera ininterrumpida desde abril hasta agosto, y en los últimos dos meses la caída supera 13%. Con ello, y con resultados por debajo del verano de 2023 en Los Cabos y Puerto Vallarta, es de esperar que en los reportes que proporcione el Inegi en los próximos días, por primera vez en lo que va del año el volumen de llegadas de turistas al país por vía aérea, fuente de más de 80% de las divisas turísticas, haya tenido un desempeño en números rojos, también interanual.
Por cierto, y recordando que Estados Unidos es nuestro principal proveedor de turistas, las caídas referidas no tienen que ver con una contracción de los viajes de los norteamericanos al exterior, pues siguen creciendo con gran vigor (9.9% de aumento en 2024 contra 2023), sino con que esos viajeros han seleccionado otros destinos para su vacación estival, señaladamente los de Europa, continente que en conjunto recibió alrededor de 35% de todos los viajes aéreos realizados por los estadounidenses en el periodo, más del doble de la proporción captada por México.
Parece necesario agregar la contracción generalizada en las llegadas de turistas aéreos provenientes de Sudamérica. En los primeros siete meses del año tan solo de dos mercados relevantes, Perú y Colombia, se han recibido casi 130 mil turistas menos que en el mismo periodo de 2023.
En el plano nacional llama la atención la fuerte contracción en el volumen de pasajeros aéreos transportados en rutas domésticas, pues entre enero y julio se han movilizado 1.4 millones de pasajeros menos. De igual forma, nueve de las 10 rutas con mayores volúmenes de tráfico muestran comportamientos negativos y ocho de los 10 aeropuertos con mayor recepción de turistas nacionales, también reportan disminuciones en el mismo periodo. En comparación con el periodo enero-julio de 2019, hay un volumen 46.1% menor de visitantes de este segmento a zonas arqueológicas.
Los resultados están influidos por la combinación sinérgica de una escasa inversión en promoción turística del gobierno federal y por la actuación de los destinos competidores, que siguen haciendo muy bien la tarea. No debe dejar de mencionarse que el sitio oficial de internet del turismo de México (VisitMexico.com) tiene una gran caída en su tráfico orgánico, que pasó de cerca de 4 millones de visitantes en agosto de 2022, a apenas poco más de 60 mil en agosto pasado.
Con este panorama, la administración entrante enfrentará un reto mayúsculo y, como ya hemos apuntado en este espacio, tiene una gran oportunidad para revertir estos resultados e incluso para potenciar los beneficios que el turismo aporta a la sociedad mexicana.
Sin duda, de cara a la temporada invernal, preocupan las dificultades que parece enfrentar la economía norteamericana, aunque, ciertamente, hay muchas otras amenazas gravitando en el macroentorno actual. En consecuencia, el trabajo que debe realizarse en este mercado se convierte en la gran prioridad de inicio del equipo de la futura secretaria de Turismo.
Director del Sustainable Tourism Advanced Research Center (STARC) Anáhuac Cancún
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